La adolescencia no es una entidad clínica, sino una categoría social. La Adolescencia en mayúscula no existe; lo que hay son las adolescencias. La adolescencia es una categoría social relativamente nueva que intenta dar cuenta del paso de la infancia al mundo adulto, período que en nuestra cultura se alarga cada vez más para ciertos sectores y aparece por ello como objeto de una mayor preocupación. La definición de una franja de edad no puede pensarse de forma aislada. Si se alarga más la adolescencia es porque el reconocimiento como adulto se aplaza y, por supuesto, esto guarda relación, por ejemplo, con el mercado laboral, etc. Antes de abordar el tratamiento de las drogas en la adolescencia es necesario ver el funcionamiento que tiene para cada sujeto.
Materiales presentados: En primer lugar, datos de una investigación (2004) en el País Vasco; en las actividades que realizan los ciudadanos en su tiempo libre, apenas existen diferencias entre hombres y mujeres. En segundo lugar, revistas que leen los adolescentes: las diferencias aquí son muy pronunciadas y parecería que estamos ante dos universos diferentes. En tercer lugar, consideración crítica de datos obtenidos en una investigación realizada sobre la base de escolares de San Sebastián, y que corroboran con creces, lo que se apuntaba en otro trabajo con escolares de toda Cataluña. Por último, tres tablas sobre la imagen que tienen los chicos y chicas de sus cualidades diferenciales. Las chicas se autovaloran mucho más que los chicos.
La percepción social de la adolescencia y la juventud como problema no es una novedad. Los jóvenes han resultado ser desde siempre un grupo social objeto de preocupación para el mundo adulto, que se ve reflejado como en un espejo que les devuelve una imagen no siempre agradable. Los jóvenes son, de hecho, objeto de exaltación y preocupación a la vez, y en esta paradoja radica precisamente en la clave que hace de la juventud una categoría socialmente construida que sintetiza las contradicciones de la mirada adulta. A menudo las chicas están ausentes de estos estudios o, en cualquier caso, su papel se tipifica como secundario pasivo o complementario al de sus iguales masculinos.
A lo largo de dos cursos (2002-2004) un grupo de profesionales implicados en la intervención educativa y en la investigación llevó a cabo la investigación-acción “El mundo de los adolescentes explicado por ellos mismos”. Las páginas que siguen son un pequeño resumen de algunos de sus capítulos, fundamentalmente de aquellos que plantean otra forma de mirarse y de entender la adolescencia. El estatus contradictorio de la adolescencia y sus consideraciones sobre la felicidad conducen al debate sobre la responsabilidad. No tiene ningún sentido considerar la adolescencia como un estadio de irresponsabilidad general.
La educación nutricional se plantea dentro del marco teórico de la educación para la salud, teniendo en cuenta que la mera información nutricional fracasa ante la gran variedad de factores que influyen en e l proceso alimentario, por lo que se hace necesario además el acercamiento desde un análisis antropológico.
La disciplina escolar vuelve a estar de moda, aunque podríamos decir que nunca ha dejado de estarlo. Al margen de las tendencias, es interesante resaltar la importancia que esta ha tenido y tiene para la gestión del aula. En nuestro país vuelve a estar en pleno apogeo, sobre todo a partir de la reforma educativa. De interés por el tema y de las confusiones que esta tiene al comparársela al castigo, deriva nuestra motivación por el estudio del castigo corporal. como método que todavía pervive en algunos sectores de ciertas sociedades, utilizándose para frenar comportamientos molestos. Es por ello que, aunque parezca una estrategia desterrada, la realidad es muy distinta.
El Arte se convierte en la gran creación de expresión cotidiana de creencias, ideas, sentimientos, miedos, dudas (ninguna: la vida, la muerte, la naturaleza, el amor, el día a día, la divinidad, etc.) . Ya hace tiempo que muchos educadores creemos en las posibilidades socioeducativas de utilizar el lenguaje plástico-artístico y el juego expresivo con nuestros colectivos de intervención. La expresión es plástica, la acción y la actividad son artísticas, pero el objetivo del profesional es socioeducativo, terapéutico, etc. El objetivo de crecimiento personal es saber expresarse (emociones, sensaciones, sentimientos, percepciones…) y nosotros, como profesionales, debemos facilitarlo.
La intervención socioeducativa encuentra en sus actividades artísticas interesantes posibilidades para trabajar con una gran variedad de colectivos sociales. La colaboración interdisciplinaria entre diferentes áreas y entre diferentes profesionales, educadores, trabajadores sociales, arte-terapeutas, pedagogos y artistas da lugar a todo el mundo líneas de investigación y de proyectos de intervención socioeducativa con el arte y otras producciones culturales como protagonistas. Los profesionales de la intervención socioeducativa tienen valiosas herramientas para su trabajo.
Se podría decir que la crealividad no es más que la experiencia de vivir. La realidad no existe, no se nos da; se va haciendo con el intento de construir una sensación de identidad y vivir las emociones. Podemos decir que crear tiene mucho que ver con perder, con una pérdida, sin la cual no podríamos tener el deseo de amar, trabajar, conocer, comunicarse, etc. Ésta es la génesis de la creatividad y la importancia de su desarrollo. La creatividad es, por tanto, la creación de nuevos vínculos y formas de reconocerse y de conocer la realidad y los demás. Podríamos considerar también que la actividad plástica tiene efectos terapéuticos por sí mismos, en función de los vínculos existentes.
La plástica alude todo lo que se presta a ser moldeado, transformado; pero también a la visualización expresiva, gráfica, sinóptica, no ya de una idea, abstracta o concreta, sino de fenómenos complejos, contradictorios y cambiantes como un conflicto. A lo largo de este artículo se proponen claves plásticas que nos ayudarán a interpretar los escenarios de conflicto desde ángulos más amplios. Se analiza el tratamiento habitual en estos escenarios, rescatando primero un ejemplo elocuente del mundo real y desmontando después algunos tópicos. Se describen dos talleres sobre gestión individual y colectiva de espacios de confluencia; y se termina con una doble reflexión narrativa sobre posibles tránsitos de la Guerra en la Paz.
Algunas opiniones consideran que todo el teatro es social; y esto es así porque sin el grupo no existe, es un acto de comunicación entre personas: actores y público. En algunos formatos de teatro social, la división entre público y actores se rompe expresamente para generar reflexión y cambio. El teatro es un recurso que nos permite articular propuestas de expresión con lenguajes muy diversos como la danza, la plástica, la música, la expresión corporal, oral y escrita, vinculadas a un proyecto común en el que los participantes pueden encontrar el mejor espacio para desarrollarse. Se presentan algunas experiencias en las que se podrían enmarcar dentro de lo que llamamos teatro social.
Actualmente vivimos inmersos en un estado de saturación de productos, de información y de imágenes. Las nuevas tecnologías han generado cambios tanto en los mecanismos de producción, en nuestras relaciones, como en la forma de comprender lo que nos rodea. Aquí hay una serie de reflexiones que han rodeado un interés por trabajar con los adolescentes, una mirada crítica a partir de la cultura visual y las nuevas tecnologías. Se presentan diferentes herramientas que ayuden a desarrollar estrategias para trabajar con los chicos y chicas desde la imagen y los nuevos medios, y se expone una experiencia.
Este artículo plantea y muestra que la Plástica es una forma de conocimiento que desarrolla estrategias que articulan la inteligencia y la sensibilidad; una herramienta capaz de generar la adquisición de nuevos conocimientos, de desplegar nuestras ‘antenas’ sensoriales, de enriquecer nuestra capacidad de comunicarnos y de expresarnos, y de ampliar nuestra forma de ver, entender y interpretar el mundo. Entenderla como una forma de llenar el tiempo, una oportunidad para hacer el regalo del día del padre, o una actividad para decorar nuestro espacio, es reducir las posibilidades educativas de esta área.
Todos somos conscientes de que la infancia es un momento lleno de descubrimientos. Sin embargo, en numerosas ocasiones, el niño puede atravesar situaciones en las que se da cuenta de que algo grave le puede estar sucediendo por la actitud de aquellos que le rodean. Sabemos que estar hospitalizado es una de esas experiencias que puede resultar traumática, separándolos de su ambiente familiar, amigos y juegos. En los hospitales, la vida cotidiana de los pacientes más pequeños alcanza, a veces, elevadas cotas de monotonía, angustia y tristeza. Experimentan de forma brusca como el mundo que les rodeaba se convierte de pronto e n una habitación fría, decorada con instrumental y aparatos; eso sí, cada vez más modernos … ese mundo que, inesperadamente, se encuentra ocupado por adultos que hacen lo posible, a veces lo imposible, por curar, por tratar enfermedades leves o más graves que un día aparecen y borran la preciosa sonrisa de nuestros pequeños. La risa cuesta poco o nada. El humor es accesible. Estudios científicos revelan que la risa no sólo cumple una función psicológica y anestésica frente al dolor, sino que además tiene un efecto inmunológico probado.
Vivir a la intemperie ha sido, desde siempre, una de las expresiones más terminadas y completas de la miseria. Los desplazados por las guerras o el hambre, los refugiados políticos y los emigrantes económicos que se marchan en busca de un lugar donde poder radicar un proyecto vital que les ofrezca unas mínimas posibilidades de supervivencia o mejora personal, constituyen la inmensa mayoría de la gente sin techo. Un análisis detallado y extenso de esta cruda realidad conforma este artículo.
Las personas sin hogar constituyen un grupo social en el que la marginación y la exclusión social se concretan de forma más grave. En este artículo nos centraremos en los trastornos mentales que presentan, caracterizados por un alto nivel de gravedad sintomatológica y de gran deterioro personal y social. Las necesidades de este grupo no son sólo, pues, las básicas de alojamiento y comida; requieren de atención sanitaria, rehabilitación, en muchos casos, de medidas de tutela tanto jurídica como institucional.
La realidad de las personas sin hogar implica más factores que el hecho de acceder, mantener disponer de un techo donde resguardarse, aunque éste sea relevante. Según algunos modelos de estudios sociológicos, se determinan como factores relevantes a la hora de analizar el proceso de exclusión además de la vivienda, la salud, la educación y la actividad-empleo. Es quizás en el grupo de personas sin hogar en el que confluyen todos ellos de forma muy significativa. En este artículo intentaremos abordar algunas posibles altemativas a ofrecer en el ámbito del empleo, el trabajo y como meta la inserción social y laboral.
Reflexión a partir del proyecto migratorio que menores y jóvenes del Magreb llevan a cabo atraídos por la posibilidad de un futuro mejor. El choque cultural y las pocas posibilitados que encuentran en el país de acogida sumado a la falta de sensibilidad política provoca que, en muchos casos, quedan al margen del sistema de protección generando exclusión socia la adicción a tóxicos, dinámicas callejeras delictivas, etc . Esta situación ha provocado la aparición de una nueva manifestación del fenómeno de personas sin hogar.
Son treinta los años de trifulcas por el mundo de la marginación en el corazón de una gran ciudad. Hacia finales de los sesenta, llegué a París y viví en un squat, una casa ocupada, hasta instalarme en una habitación después de la expulsión del squat. Viví el particular ambiente de la promiscutada con conocidos y desconocidos. En los primeros años de los setenta, compartí la vida de los emigrantes y refugiados del régimen franquista. Reflexionar sobre el origen de un proyecto aclara el presente y permite prever el futuro. Un proyecto asociativo puede desarrollarse siempre y cuando los actores actuales hayan integrado su historia y su dinámica.
La persona es el centro y el valor en torno al que se mueve nuestra actividad. Procuramos tenerlo muy presente en el ámbito organizativo, en la gestión del personal y de los voluntarios. Significa intentar darle un sitio preeminente. Contrastar el mal crónico de la condición de los sin techo aparece, en nuestros ojos, como lógica consecuencia del valor de partida. Pretendemos decir que si queremos tener presente a la persona no debemos reducirla a un conjunto de necesidades. Antes de que la necesidad está la persona, y no debemos perderla nunca de vista en toda su integridad.
Algunas constataciones desde la legislación y las instituciones públicas en torno a las nuevas situaciones de la infancia y adolescencia en riesgo social.
El hombre no puede ser pensado sin pertenecer a un grupo: familia, amigos, escuela, trabajo … Aunque a primera vista esté o se siente aislado, pertenece al grupo social de donde saca los valores y la cultura. De hecho, en este momento actual en que parece haber un movimiento hacia la individualidad, es cuando se produce un incremento del asociacionismo y un boom de la comunidad virtual, los chats, el Messenger. ..
Modelos sociales actuales son cuestionados como reterentes éticamente válidos para los jóvenes. Esto es una responsabilidad de la sociedad y no de los adolescentes, que son un reflejo de la sociedad. La buena salud mental individual tiene rambién mucho que ver con la buena salud comunitaria. El autor propone un cambio de posicionamiento con la sociedad civil, para converger en una finalidad concreta: crear espacios para los jóvenes (espacios entendidos no únicamente como una ubicación física, sino también temporal, de opinión, de toma de decisiones, etc.) para que los puedan ocupar a través de la participación y la asunción de responsabilidades.
El autor plantea como el consumo y la prisa rasgos de una época marcada por el intento de eliminación del tiempo de comprender y de la promoción de la necesidad en lugar del vínculo con el otro-, lejos de eliminar la angustia , de liberar al sujelo de sus malestares, le aboca a nuevos cuadros sintomáticos. Dar lugar a la palabra, al tiempo subjetivo, aparece en el horizonte como salida a los impases de la modernidad.
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