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Propuestas de innovación socioeducativa para una ciudadanía del siglo XXI

Autoría:

Juan Sebastián Fernández Prados, Antonia Lozano Díaz. Universidad de Almería

Resumen

El concepto de Ciudadanía ha evolucionado desde la consideración clásica del conjunto de derechos civiles, políticos y sociales. En la actualidad engloba a las relaciones personales y locales como lementos empoderadores de construcción y corresponsabilidad que se desarrollan en un contexto con diferentes claves tecnológicas, ecológicas y sociopolíticas. Algunos referentes innovadores socioeducativos acordes a la ciudadanía del siglo XXI engloban desde la metodología de aprendizaje servicio y las comunidades de aprendizaje hasta los movimientos “en transición” y ciudades educadoras. 

“Hay que vivir, para vivir hay que ser libre para ser libre hay que tener el pensamiento libre y para tener el pensamiento libre hay que educarse”

(J. L. Sampedro)

Introducción: el concepto clásico de ciudadanía.

En la concepción clásica de ciudadanía de Thomas Marshall este la definía como un conjunto de derechos civiles, políticos y finalmente sociales que podían ser disfrutados en forma igualitaria por todos los miembros de la comunidad frente a un estado primero liberal y finalmente social o de bienestar, lo que sirvió para entender la evolución de la ciudadanía a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX (Marshall, 1997). Así en su obra “Ciudadanía y clase social” considera que la ciudadanía se logra cuando se consiguen los derechos civiles, políticos y sociales.

  • Los derechos civiles: se recogen en las constituciones del S. XVIII y son todas las libertades individuales, expresión, pensamiento, ideología religiosa, propiedad privada, autonomía de la voluntad… que defienden los tribunales de Justicia. 
  • Los derechos políticos y las constituciones de S. XIX: reconocen el derecho a participar en el ejercicio del poder político. En el S. XIX se instauran los sistemas políticos y el sufragio universal (S. XX), dejando el sufragio censitario. Expansión de las democracias. 
  • Reconocimiento de derechos sociales-económicos: se produce en el S. XX en las constituciones, supone reconocer al individuo una seguridad económica y un bienestar económico. Marshall entiende que el concepto de ciudadanía tiene que englobar todos estos derechos velados por el Estado y considera que el reconocimiento de la ciudadanía acabará con la desigualdad de clases, la estratificación en castas y que es el paso para la igualdad social.

Actualmente, ciudadanía apunta a una relación personal y local entre los miembros y su comunidad más que entre los administrados y el Estado, a una implicación activa y empoderamiento en clave de participación y corresponsabilidad hacia la comunidad más que en derechos o deberes dados o velados por el Estado, a una promoción de principios y valores universales de justicia y fraternidad más que en mera igualdad y tolerancia entre ciudadanos de un mismo o diferentes Estados. En resumen se está produciendo una transición hacia un nuevo modelo de ciudadanía en el siglo XXI cuyo proceso se caracteriza por un cambio de acento en los ámbitos de relación (de lo macro a lo local), en la implicación o engagement (de lo legal a lo personal), y en la promoción de determinados códigos (de principios estatales a valores universales).

Cuadro 1. Proceso y transición de la concepción clásica de ciudadanía a la actual.

 

CIUDADANÍA CLÁSICA

CIUDADANÍA ACTUAL

RELACIÓN

MACRO Administrados-Estado

LOCAL Personal-comunitaria

IMPLICACIÓN

LEGAL Deberes y derechos

PERSONAL Activa y empodera

PROMOCIÓN

PRINCIPIOS Estatales, igualdad y tolerancia

VALORES Universales “eco”, equidad, inclusivo y fraternidad

Fuente: Elaboración Propia

La ciudadanía del siglo XXI.

Las características y la bases de la ciudadanía del siglo XXI se podrían concretar en cuatro rasgos definitorios que ciertamente expresan un deseo normativo del deber ser más que en una realidad a todas luces incipiente, pero que vislumbran un renacimiento de la sociedad civil expresado en redes de solidaridad y esperanza (Castells, 2012)

  • Ciudadanos y ciudadanas Globales y Digitales. El mundo cada vez más interconectado precisa de una ciudadanía abierta, viajera, multilingüe, que use la tecnología como un medio para construir una sociedad más justa y solidaria. Difícilmente se podría comprender determinados movimientos ciudadanos globales de las últimas décadas sin la colaboración de internet en su primer momento en páginas estáticas o web 1.0 donde se apoyaron en los noventa el movimiento altermundista y antiglobalización y en las redes sociales o web 2.0 la primavera árabe, spanish-revolution, occupy wallstreet, etc. (Fernández Prados, 2012) 
  • Ciudadanos y ciudadanas Activas y Empoderadas. No solo hay que tener voz o democracia, hay que usarla para que sea real, y siempre será más efectiva si es a través de la unión y de la organización. Según Roos y Oikonomakis (2013), los movimientos ciudadanos por la democracia real comparten una serie de características como su autonomía del Estado y el recelo respecto a la política institucionalizada; el uso de métodos horizontales de democracia directa y deliberativa; la acción directa; el método de ocupación directa y masiva de espacios públicos y por formas políticas innovadoras y alternativas. 
  • Ciudadanos y ciudadanas Sostenibles y Ecológicos. Vivimos en un planeta finito donde no cabe una ambición por crecer y consumir de manera ilimitada, lo que necesariamente cambiará nuestros estilos de vida hacia la austeridad o simplicidad voluntaria y la producción de bienes hacia la sostenibilidad. El ciudadano ecológico, según Vives-Rego (2013) piensa en su relación con su entorno inmediato y en el planeta en su totalidad desde un punto de vista sistémico y complejo. Se distancia de la superficialidad de aquel ciudadano moderno preocupado por su bienestar y comodidad, que olvida los riesgos del consumismo para los recursos limitados del planeta. Así el ciudadano ecológico reelabora los conceptos básicos de necesidad y calidad de vida. 
  • Ciudadanos y ciudadanas Inclusivas. Solo cabe una respuesta a la diversidad cultural, sexual y funcional más allá de la no-discriminación o segregación, la plena inclusión de cada uno como una persona más con la misma dignidad. La ciudadanía inclusiva se basa en el reconocimiento de las identidades de las personas y los pueblos, en el respeto a las diferencias y en el estímulo de una interacción de carácter pacífico, comprensivo y solidario. La emergencia de una ciudadanía inclusiva se debe en gran parte al apoyo de organizaciones como la ONU (Declaración Universal de Derechos Humanos) y la UNESCO que ha impulsado notablemente su dimensión educativa (Rosales López, 2009).

Planta de reciclaje de Carlos Espejo en Flickr

Propuestas de innovación socioeducativa para una ciudadanía del siglo XXI.

Ciudades educadoras. Nació formalmente en 1994 con la constitución de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE) que proclama y reclama la importancia de la educación en la ciudad en diversidad, entre generaciones, que promueve y se inspira la Carta de Ciudades Educadoras (Declaración de Barcelona, 1990). La idea central de la propuesta consiste en que la ciudad se transforme en un ámbito de educación: esto supone aprender de la ciudad y el espacio en donde se realiza un proceso no formal de enseñanza/aprendizaje (Ander-Egg, 2008). En este sentido, se cuenta con la implicación de las instituciones educativas formales (escuelas, institutos, universidades, etc.), las diversas formas de educación no formal (talleres, cursos, seminarios, círculos de cultura, etc.) y toda una variedad de actividades informales en otros espacios de la ciudad (bibliotecas, museos, bienes culturales, etc.)

Un ejemplo es el proceso llevado a cabo en L’Hospitalet de Llobregat. Desde 2007 se plantean la mejora de la educación como una apuesta de ciudad con objetivos como: elevar el éxito escolar, disminuir el abandono, absentismo y conflictividad, fomentar la inclusión de los inmigrantes, abrir los centros educativos al entorno, etc. Se contó con una comisión permanente de 10 personas representante de los diversos sectores implicados: educación, entidades sociales y autoridades políticas. En la actualidad se desarrollan más de 100 proyectos que abarcan actividades como: alfabetización digital, ocio y psicomotricidad para mayores, apoyo en lectoescritura, embellecimiento del entorno, organización de rutas en bicicleta para discapacitados, etc. Premio Internacional de Ciudades Educadoras 2016 (AICE, 2016)

Comunidades en transición. Pretenden crear un contexto de apoyo, enriquecedor y saludable, en el que las soluciones prácticas que todos necesitan puedan florecer para convertir una comunidad en resiliente, más sana y vibrante, de fuerte carácter local, que reduce al mismo tiempo la huella ecológica. Una de las claves de la expansión viral del movimiento es que ha logrado incidir, por ejemplo, en la agricultura, la economía, los servicios, el transporte, las relaciones o la edificación. Se han puesto en marcha bancos de tiempo, monedas locales, dinámicas participativas, planes de descenso energético, huertos urbanos y muchas otras actividades que demuestran que la transformación local es posible (Del Río, 2015). La Red de Transición fue fundada en 2012 a raíz del primer Encuentro Nacional de Transición en Zarzalejo, El origen de la Comisión se remonta a las primeras ediciones del Foro de Autoridades Locales por la Inclusión Social y la Democracia Participativa (FAL), espacio de reflexión y discusión política entre autoridades locales de todo el mundo que se viene celebrando desde 2001 de forma simultánea al Foro Social Mundial.

Un ejemplo es La Puebla de los Infantes (Sevilla) en Transición que inicia su andadura en 2011. Hasta el momento han venido desarrollando actividades relacionadas con la concienciación medioambiental en el entorno y centros educativos, trueque, huertos urbanos y sociales, charlas sobre energía, etc. Forman parte de la Red de Andalucía en Transición.

Comunidades de Aprendizaje. Comunidades de Aprendizaje es un proyecto basado en un conjunto de actuaciones educativas de éxito dirigidas a la transformación social y educativa (Flecha, 1997). Este modelo educativo está en consonancia con las teorías científicas a nivel internacional que destacan dos factores claves para el aprendizaje en la actual sociedad: las interacciones y la participación de la comunidad. La primera comunidad de aprendizaje surgió en 1978 con el centro de educación de personas adultas de La Verneda-Sant Martí. Comunidades de Aprendizaje es un proyecto basado en un conjunto de actuaciones educativas de éxito dirigidas a la transformación social y educativa. En España está promovido especialmente por el CREA (Comunidad de Investigación de Excelencia para Todos en la Universidad de Barcelona)

El CEIP Miralvalle de Plasencia (Cáceres) se une por abrumadora mayoría de su comunidad educativa y decide constituirse como Comunidad de Aprendizaje en el curso 2009/2010. El centro abre sus puertas e incorpora a las familias y organizaciones cercanas a través de actividades como los grupos interactivos en el aula, los talleres con familias, la semana cultural, el huerto ecológico, etc. (Oviedo Macías, 2016)

Comunidades de aprendizaje en Flickr

Aprendizaje-Servicio. El aprendizaje-servicio es un método para unir el aprendizaje con el compromiso social. El alumnado identifica en su entorno próximo una situación con cuya mejora se compromete, desarrollando un proyecto solidario que pone en juego conocimientos, habilidades, actitudes y valores. El 3 de noviembre de 2010 se creó la Red Española de Aprendizaje-Servicio impulsada entre otras por las fundaciones Zerbikas, Ashoka y Esplai. Aunque en España lleva promoviéndolo Roser Batlle (2013) desde principios de este siglo.

Con el Proyecto ‘Cuídate, cuídalo’, una iniciativa de los alumnos del CPR San Pascual Bailón del municipio granadino de Pinos Puente (Granada), se persigue mejorar sus hábitos de salud y la de los vecinos de la localidad. El proyecto incluye la creación de un huerto ecológico y un parque saludable para hacer ejercicio. También la distribución de códigos QR por diferentes puntos del municipio que enlazan a vídeos con información del lugar y consejos saludables. La iniciativa pertenece al programa regional ‘Andalucía, mejor con ciencia’ y ha sido reconocido a nivel nacional con los Premios Aprendizaje Servicio 2016. (CEPR San Pascual Bailón, 2016).

Existen multitud de propuestas y experiencias que tienen entre sus objetivos promover una ciudadanía acorde con los retos del siglo XXI y que brevemente podríamos referenciar como: “Ciudades amigas de la infancia” promovido por UNICEF en 1991 (http://www.ciudadesamigas.org), “La ciudad de los niños” impulsado por Francesco Tonucci en 1991 (http://www.lacittadeibambini.org), “Conecta Mundos” propuesta educativa de Intermon Oxfam desde 2003 (http://www.conectandomundos.org), “Universidad de Padres” creada por José Antonio Marina en 2010, “Ciudades inteligentes” con la colaboración entre otros de Fundetec desde 2011 (http://www.redciudadesinteligentes.es) etc.

Cuadro 2. Propuestas de innovación socioeducativa: Origen, Redes en España y Experiencias destacadas.

 

Origen

Redes en España

Experiencia (web)

CIUDADES EDUCADORAS

Asociación Internacional de Ciudades Educadoras- AICE (1994) Enlace

Red Estatal de Ciudades Educadoras – RECE (1996) Enlace

L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) Enlace

COMUNIDADES EN TRANSICIÓN

Transition Network (2006) Enlace

Red de -transición (2008) Enlace

La Puebla de los Infantes (Sevilla)  Enlace

COMUNIDADES DE APRENDIZAJE

Centro de Investigación en teorías y prácticas superadoras y desigualdades CREA (1991) Enlace

Red de Comunidades de Aprendizaje (2012) Enlace

CEIP Miralvalle de Plasencia (Cáceres) Enlace

APRENDIZAJE Y SERVICIO

International association for research on service-learning and community engagement IARSLCE (2012)

Enlace

Red Española de Aprendizaje-Servicio (2010)

Enlace

¡¡Cuídate, Cuídalo!!

CEPR San Pascual Bailón Pinos Puente (Granada)

Enlace

OTRAS INICIATIVAS

– “Ciudades amigas de la infancia” promovido por UNICEF en 1991 Enlace

– “La ciudad de los niños” impulsado por Francesco Tonucci en 1991 Enlace

– “Conecta Mundos” propuesta educativa de Intermon Oxfam desde 2003 Enlace

– “Universidad de Padres” creada por José Antonio Marina en 2008 Enlace

– “Ciudades inteligentes” impulsada por Fundetec desde 2011 Enlace

Fuente: Elaboración Propia.

Conclusiones.

Para concluir, podríamos destacar algunos elementos comunes a estas y otras recientes iniciativas y propuestas innovadoras en el terreno socioeducativo que están construyendo una ciudadanía global, activa, ecológica e inclusiva para el siglo XXI.

  • En primer lugar, nacen, son impulsadas o se constituyen en la mayoría de las ocasiones por entidades y redes del tercer sector como expresión de una sociedad civil organizada que pretenden transformar y enredar al conjunto de la sociedad, rompiendo y superando fronteras, entre otras razones porque la solidaridad tiene que ser necesariamente internacional (Díaz Salazar, 1996) 
  • En segundo lugar, pretenden implicar tanto a los diferentes sectores público y privado como integrar los ámbitos de la educación formal y no formal. En este sentido la educación social se encuentra en sus campos de acción e intervención a caballo entre distintos sectores y ámbitos educativos (formal y no formal) desligados entre sí y que han venido a integrarse en esta profesión (Tiana, Somoza y Badanelli, 2014) 
  • En tercer lugar, su enfoque a la hora de intervenir no responde a colectivos más o menos desfavorecidos sino a territorios y comunidades. Frente a un modelo de intervención social tradicional, centrado en problemas específicos de colectivos o individuos a los que se les ayuda unidireccionalmente, se promueven iniciativas socioeducativas que atienden a la globalidad, al territorio desde una perspectiva dialógica (Renes y otros, 2007) 
  • En cuarto lugar, la metodología a practicar resulta eminentemente participativa, vital y empoderadora más centrada en los procesos y en las personas que en obtener resultados que vendrán como una consecuencia o resultado exitoso. En cierta manera, las iniciativas presentadas recuerdan o se inspiran en las metodologías participativas como IAP (Investigación Acción Participación) que promueven procesos de transformación social implicando participativamente a los propios colectivos a investigar a partir de los “grupos motores” y mediante un “conjunto de acciones” para organizar, movilizar y sensibilizar según determinadas estrategias y metodologías (CIMAS, 2010). 
  • En quinto lugar, la finalidad común a todas las propuestas socioeducativas para una ciudadanía del siglo XXI es alcanzar los derechos de tercera (paz, justicia, vida digna, medio ambiente, patrimonio de la humanidad…) y cuarta generación (derechos de los animales no-humanos) junto con los valores postmaterialistas (autorrealización y participación). La superación de los valores materialistas centrados en seguridades físicas y económicas por otros valores de carácter postmaterialistas están marcando una tendencia que se constata en la opinión pública de todos los países fruto de los resultados de la encuesta mundial de valores (Díez Nicolás e Inglehart, 1994).

Bibliografía

AICE (2016). L’Hospitalet de Llobregat Impulso del Aprendizaje-Servicio como herramienta de convivencia, cohesión social y participación. En Boletín Especial, núm. 25, pag. 3.

Ander-Egg, E. (2008). La Ciudad Educadora como forma de fortalecimiento de la democracia y de una ciudadanía activa y convivencia. Córdoba: Editorial Brujas.

Asociación Internacional de Ciudades Educadoras [en línea]. [15 de noviembre de 2016].

Batlle, R. (2013). El Aprendizaje- Servicio en España. El contagio de una revolución pedagógica necesaria. Barcelona: PPC

Cano Soler, M. y Vives Rego, J (2014). El ciudadano ecológico en los procesos de decisión social de la sostenibilidad: tecnociencia, ecoética y cosmovisión”. En Sociología y tecnociencia/Sociology and Technoscience, vol. 4, núm. 1, págs. 38-57.

Castells, M. (2012). Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.

CEPR San Pascual Bailón (2016). Experiencia 2. Cuídate, cuídalo CEPR San Pascual Bailón Pinos Puente (Granada). En Convives, núm. 16, pags 39-45.

Comunidades de Aprendizaje [en línea] [15 de noviembre de 2016].

Comunidades de Aprendizaje [en línea]. [25 de agosto de 2016].

Del Río, J. (2015). Guía del movimiento en transición. Barcelona: Catarata

Díez Nicolás, J. e Inglehart, R. (comps.) (1994). Tendencias mundiales de cambio en los valores sociales y políticos. Madrid: Fundesco.

Díaz-Salazar, R. (1996). Redes de solidaridad internacional: para derribar el muro norte-sur. Madrid: Ediciones HOAC.

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Flecha, R. (1997). Compartiendo palabras: el aprendizaje de las personas adultas a través del diálogo. Barcelona: Paidós.

Marshall, T. H. (1997). Ciudadanía y clase social. En REIS, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 79, págs. 297-344.

Oviedo Macías, M. J. (2016). Viaje hacia la mejora. En XXVI Jornadas estatales fórum europeo de Administradores de la Educación, Mérida 7-9 de octubre de 2016.

Red CIMAS (trasformación social y democracias participativas). [en línea]. [25 de agosto de 2016].

Red de Transición España – Construyendo resiliencia en tu comunidad [en línea]. [15 de noviembre de 2016].

Red Española de Aprendizaje-Servicio [en línea]. [15 de noviembre de 2016].

Renes Ayala, V. y otros (2007). Realidad, pensamiento e intervención social. En Documentación Social, núm. 145, págs. 11-35

Rosales López, C. (2009). Hacia una ciudadanía inclusiva ¿Un reto a la complejidad educativa? En Revista Educación Inclusiva, vol. 2, núm. 3, págs. 97-109.

Roos, J, & Oikonomakis, L. (2014). They don’t represent us. The Global Resonance of the Real Democracy Movement from the Indignados to Occupy. En Della Porta, D. and A. Matoni, (2014). The transnational diffusion of protest from the Indignados to Occupy Wall Street. ECPR Press.

Tiana Ferrer, A.; Somoza Rodríguez, M. y Badanelli Rubio, A. (2014). Historia de la Educación Social. Madrid: UNED.

Fecha de recepción del artículo: 01/12/2016
Fecha de aceptación del artículo: 10/01/2017