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La equidad como concepto básico

El diario Levante, en su edición del 26 de octubre de 2025, publica un artículo de María José Navarro Vercher, Presidenta del Colegio Oficial de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana (Col·legi Oficial d’Educadores i Educadors Socials de la Comunitat Valenciana – COEESCV -), que reproducimos:

 


La equidad como concepto básico

Vivo en el barrio más pobre de València y la equidad se traduce en políticas de discriminación positiva buscando eliminar las desventajas sistémicas


 

«Vivo en el barrio más pobre de València, Benimámet, y lo manifiesto con el orgullo de quien ama el lugar donde nació.

Este dato, que aparece en las estadísticas que prepara la Agencia Tributaria en base al IRPF cada año y por municipios, según su código postal, es algo que no sorprende, teniendo en cuenta que es una pedanía dormitorio, en la que habitan una gran cantidad de personas de diferentes países, compartiendo espacios y culturas y donde la gran mayoría viven, en exclusiva, de un salario, mayor o menor, regular o irregular, que se percibe por el trabajo realizado.

No hay lujos, no hay bienes, no hay fortunas, ni herencias millonarias que puedan hacer pensar que esa idiosincrasia de la pobreza pueda verse alterada en algún momento y que, por obra de alguna ciencia infusa, en mi pueblo podamos cambiar de estatus.

Sin embargo, sí que podríamos cambiar en otras muchas cosas relacionadas con las oportunidades que cada persona pueda tener y es por eso que traigo a colación este tema, por hilarlo con algo que me parece fundamental: la equidad, término que los y las educadoras sociales llevamos en nuestro ADN, debería entrar en el discurso político como concepto básico, para entender las cuestiones sociales desde un punto de vista mucho más flexible e igualitario.

Sí, porque llevo tiempo escuchando políticos e influencers que no entienden nada y que con sus discursos machistas, racistas y aporofóbicos vienen a agitar un avispero que ya está bastante removido.

Hablar de equidad en el caso de Benimámet, pasaría por que la ciudadanía pudiera tener las mismas oportunidades que en el Pla del Remei (que es el más rico de València), porque solo reconociendo que las personas y comunidades no parten del mismo lugar, podremos valorar que quienes menos poseen necesitan recursos y apoyos diferenciados para alcanzar resultados justos. La equidad se traduce en políticas de discriminación positiva buscando eliminar las desventajas sistémicas.

El feminismo también está en boca de aquellos que mencionaba antes, que distorsionan y embrutecen el mensaje. Hablar de Igualdad en el feminismo, no es que las mujeres y los hombres seamos iguales, sino que queremos tener las mismas oportunidades y derechos que ellos, pero teniendo en cuenta que debido a la sociedad patriarcal en la que vivimos, las mujeres ya partimos de una situación de desventaja.

Lo que realmente se necesita es ese enfoque de equidad para que las mujeres no solo tengamos legalmente los mismos derechos, sino que podamos ejercerlos plenamente, reequilibrando con ello la balanza social, poniendo en marcha acciones específicas, como cuotas de género, licencias parentales remuneradas que incentiven la corresponsabilidad, o programas dirigidos a romper el techo de cristal.

En definitiva, sin valorar las diferentes realidades y los puntos de los que parten las personas, es imposible lograr esa justicia social de la que tanto hablamos quienes nos dedicamos a acompañarlas en sus procesos vitales.

En un barrio pobre serán necesarias políticas públicas y acciones por parte de las diferentes administraciones para eliminar esa desventaja sistémica, mientras que en el caso de las mujeres es necesario que se produzcan cambios estructurales profundos que puedan desmontar el patriarcado».

 


Infomación

 

(Parque en Benimàmet / Loyola Pérez de Villegas. Imagen diario Levante)

(María José Navarro Vercher)

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