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La Cátedra de Infancia y Adolescencia de la Universidad Politécnica de Valencia lanza unas becas para jóvenes ex tutelados

El Col·legi Oficial d’Educadores i Educadors Socials de la Comunitat Valenciana (COEESCV) informa en su Web que “la Cátedra de Infancia y Adolescencia de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) lanza unas becas, en las que el COEESCV colabora activamente, para fomentar que los jóvenes ex tutelados lleguen a la universidad“.

 

(Imagen en Pexels)

 

“Préstamo del ordenador portátil, bonos para la comida y para el transporte, ayudas para el material escolar y hasta créditos para las fotocopias y reprografía del campus. Todo lo contemplará la ayuda para jóvenes ex tutelados que se implantará en la Universitat Politécnica de València (UPV) el curso que viene. El objetivo es que los jóvenes criados por la administración puedan estudiar en las facultades.

Es un proyecto de la Cátedra de Infancia y Adolescencia de la UPV y el coste de dinero público será de 10.000 euros, con los que se espera pagar varias becas. Vicente Cabedo, director de la cátedra es el impulsor y creador de la iniciativa. El presupuesto dará para financiar unas cinco becas, pero si hay más demanda se ampliarán al año siguiente.

La Politécnica se compromete a acompañar al estudiante, pero el alumno o alumna también tiene obligaciones. La primera es asistir a clase regularmente y a los exámenes, ir a las jornadas de acogida y aprobar el 75 % de los créditos. También debe matricularse al curso completo”.

Información en COEESCV

 


 

Nota: El diario Levante, en su edición del 2 de julio de 2023, publica lo siguiente:

La UPV lanza unas becas para jóvenes ex tutelados que cubrirán comidas y transporte

  • La Politécnica pondrá en marcha estas ayudas el curso que viene para fomentar que los jóvenes criados por la administración lleguen a la universidad.
  • Los beneficiarios deben matricularse en todas las asignaturas del curso, asistir regularmente a clase, y aprobar el 75 % de los créditos.

 

(Imagen: Valencia VLC alumnos de bachiller empiezan hoy los examenes de la PAU en la Universitat Politecnica. Francisco Calabuig)

 

“Préstamo del ordenador portátil, bonos para la comida y para el transporte, ayudas para el material escolar y hasta créditos para las fotocopias y reprografía del campus. Todo lo contemplará la ayuda para jóvenes ex tutelados que se implantará en la Universitat Politécnica de València (UPV) el curso que viene. El objetivo es que los jóvenes criados por la administración puedan estudiar en las facultades.

Es un proyecto de la Cátedra de Infancia y Adolescencia de la UPV y el coste de dinero público será de 10.000 euros, con los que se espera pagar varias becas. Vicente Cabedo, director de la cátedra es el impulsor y creador de la iniciativa. El presupuesto dará para financiar unas cinco becas, pero si hay más demanda se ampliarán al año siguiente.

La Politécnica se compromete a acompañar al estudiante, pero el alumno o alumna también tiene obligaciones. La primera es asistir a clase regularmente y a los exámenes, ir a las jornadas de acogida y aprobar el 75 % de los créditos. También debe matricularse al curso completo.

El coste de la beca será de unos 2.000 euros por cabeza, pero cambiará “en función de las necesidades individuales de cada estudiante“. Las ayudas son compatibles con las becas del ministerio de Educación (que cubre el pago de la matrícula), y las becas salario de la Generalitat.

Christopher tiene 18 años y estudia segundo de bachillerato en Alcoi. Es uno de lo posibles beneficiados de la beca porque le gustaría estudiar ingeniería informática. Ahora mismo vive en un piso de emancipación, pero a los 20 deberá dejarlo. Acaba de hacer la Ebau para estuidiar en el campus de la UPV de Alcoi.

El joven explica que no conoce a ningún extutelado que haya llegado a la universidad. Es más, muy poco se plantan en Bachillerato como él. En su caso, entró al centro a los 13 años y vivió allí de forma ininterrumpida hasta los 18, cuando ha salido a un piso de emancipación en el que lleva un año.

Desglosado por gastos, la beca da al alumno 100 euros al año para fotocopias e impresiones, 1.000 euros en bonos comida, 500 euros en transporte, y otros 400 en material escolar. Se trata del presupuesto máximo pero podría ser menor si los jóvenes, por ejemplo, no viven lejos del campus.

Becas de Cataluña y País Vasco

Ya hay comunidades autónomas, como Cataluña o el País Vasco, que han creado sus programas de acogida, pero la mayoría no los tienen. En la Comunitat Valenciana, como explica el proyecto, “se han ido desarrollando en las últimas décadas programas de emancipación de la infancia la tránsito a la vida adulta”, pero el acceso a la universidad sigue siendo “una asignatura pendiente“.

El primer gran problema al que se enfrentan es que no hay estadísticas, es decir, no es posible saber cuántos de estos jóvenes llegan finalmente a la universidad. Eso es una realidad que se intentará arreglar. Otra es que el sistema de tutela de la infancia sigue dejando que desear y difícilmente puede sustituir a una familia.

Los estudios publicados reflejan que la brecha de los resultados académicos de jóvenes tutelados y de sus iguales de la población general (que estudian en los mismos centros) va aumentando a medida que crece el nivel educativo.

Por otro lado es mucho más común que acumulen más dificultades en la escuela como repeticiones de curso, absentismo, expulsiones y frecuentes cambios de centro educativo. También preocupa la sobrerrepresentación de jóvenes tutelados en las escuelas de educación especial, cuando deben de estudiar en un centro escolar común.

Christopher, que lo ha vivido, lo ilustra de la siguiente manera. “En el centro hay muchos niños y a veces es difícil concentrarte cuando tienes que estudiar. Además, si en algún momento necesitas ayuda porque no entiendes un problema puede que el educador esté con otra persona y no pueda echarte una mano”, cuenta.

Se intenta que estos jóvenes tengan la mejor acogida posible, pero eso es muy complicado. “Nos dicen que nos centremos en nuestros estudios, pero la mayoría de nosotros venimos por problemas familiares. Eso deja los estudios a un lado, muchos solo piensan en eso y les entra desgana, dejan de rendir en clase o directamente no quieren estudiar… es complicado”, asegura.

“Una utopía”

El proyecto aprobado bebe de las realidades de País Vasco y Cataluña, pero no se queda con todo. Un estudio realizado en la Universidad del País Vasco refleja que las mayores dificultades que enfrentan estas personas son sobre todo tres: la vivienda o un recurso habitacional, los recursos económicos y el acompañamiento emocional.

Christopher es uno de los pocos jóvenes que ha conseguido una plaza en los escasos centros de emancipación que tiene la Generalitat Valenciana. Pero la realidad es más dura, muchos salen a los 18 del centro y se enfrentan a la vida sin paliativos. “Es verdad que los centros siempre intentan buscarte algún recurso o alguna ayuda para echarte una mano, pero no es un piso de emancipación”, explica el joven.

En estos casos “estudiar una carrera es una utopía“. “Cuando estás así todas todas tus fuerzas van a centrarte en qué vas a comer ese día y en mantener una vivienda, es imposible que te mantengas estudiando y llevando toda tu vida a la vez”, explica. Como mucho “al primer año lo dejan”.

Apoyo emocional y reserva de una plaza

Es especialmente relevante para estos jóvenes el apoyo emocional y académico de la universidad, e incluso los servicios de psicólogo. Lo es “sobre todo en términos de orientación para la toma de decisiones y apoyo y feed-back en cuestiones relacionadas con los estudios”, según el proyecto. Ante la falta de referentes familiares estos jóvenes no tienen a nadie con quien hablar de estos asuntos.

País Vasco es la autonomía que tiene un programa más longevo, que inauguró en el año 2017, donde se apuntaron siete jóvenes extuteladas. Este curso la cifra asciende ya a 42, la mayoría (33) también mujeres. Una idea que el programa copia de Cataluña es la reserva de una plaza en cada carrera para estos jóvenes ex tutelados. Esta autonomía lo ha aplicado este curso y han sido ocho los jóvenes que han hecho uso de la reserva.

El objetivo de este programa de acogida es “crear condiciones que, por una parte, estimulen y faciliten el acceso de jóvenes tutelados provenientes del sistema de protección a la infancia a la universidad, y por otra, contribuyen a su permanencia hasta acabar los estudios universitarios”, reza el proyecto”.

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