El diario El Día de la Rioja, publica, en su edición del lunes 29 de septiembre de 2025, una entrevista a Laura Cañas Presidenta del Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de La Rioja (CEES Rioja) donde plantea mejorar el sistema de protección de menores tutelada, que recogemos:
CEES trabaja para frenar el abuso sexual a menores tuteladas
Los casos de niñas prostituidas llevan al Colegio de Educadores Sociales a tomar la iniciativa ante «una situación preocupante. El sistema de protección no funciona»
«Es necesario repensar el sistema público de protección de menores. Tal y como está, no funciona». Es el sentir que expresa una voz autorizada como el Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de La Rioja (CEES) en boca de su presidenta, Laura Cañas. Los diferentes y numerosos casos de menores tuteladas por los Servicios Sociales de la Comunidad autónoma que se han visto sumergidas en contextos de prostitución a lo largo de los últimos años y el asesinato de una educadora en Badajoz el pasado mes de marzo, llevaron al órgano colegial riojano a crear un grupo de trabajo con el objetivo de plantear y desarrollar medidas que puedan contribuir a la mejora del sistema. La idea es trasladarlas a los responsables del área de Servicios Sociales y tender la mano para intentar frenar determinados episodios que jamás debieran haber sucedido. Lo que sí constituye una evidencia palpable, es que «ahora mismo no funciona», insiste Cañas.
«Siempre ha existido la sospecha de que pudiera haber menores tuteladas y tutelados envueltos en situaciones de abusos sexuales» y desde luego, «es algo muy preocupante». Y en este sentido, y a la espera de que el citado grupo de trabajo avance y concrete sus planteamientos de mejora, desde el Colegio analizan una serie de puntos que consideran clave.
Por un lado, prosigue Cañas, «es necesario luchar contra los abusadores». Evidentemente, se da pie a una vía judicial pero también a otra que apunta más hacia la prevención. «Creemos -argumenta la presidenta del CEES- que la educación afectivo sexual debe ofrecerse a edades tempranas aunque sigue siendo algo que no se quiere abordar en los colegios, al menos como se debiera».
Por otro lado, insiste en la necesidad de repensar el sistema de protección de menores teniendo en cuenta siempre que «se trata de jóvenes muy vulnerables» y que en muchos casos llegan a pisos de acogimiento con mochilas demasiado pesadas para su edad. En este sentido, propone Laura Cañas la creación de una comisión que agrupe a la propia administración pública, a profesionales de Servicios Sociales (educadores, psicólogos, trabajadores sociales..) y a usuarios y sus familias que «han pasado por los centros de acogimiento». La opinión de «quienes han vivido dentro de los pisos puede aportarnos mucho». Disponen de información, para bien o para mal, de primera mano y su contribución podría resultar clave.
Fuga de menores. Otro de los temas que aborda el Colegio de Educadores Sociales son las continuas y numerosas fugas de los propios menores tutelados de sus correspondientes pisos de acogida. «Si un menor se fuga, se convierte en una persona muy vulnerable y es muy fácil aprovecharse de él o de ella», apostilla Cañas. Es más, es necesario valorar que «se están fugando de un espacio en el que los menores debieran sentirse seguros». Un aspecto más que lleva a la presidenta del órgano colegial a afirmar que «el sistema actual no funciona» ya que decae una de las principales funciones del servicio como es la seguridad del menor.
En cualquier caso, más allá de las sospechas que han manejado en el CEES, tanto Fundación Diagrama como Servicios Sociales fueron conscientes hace ya años de las situaciones de prostitución en que había caído alguna de las menores tuteladas. ¿Ha llegado al Colegio de Educadores Sociales si el Gobierno de La Rioja ha implementado alguna medida para intentar frenar estos casos? «Que sepamos nosotros, nada». Es una cuestión que El Día de La Rioja ha trasladado a Servicios Sociales en diferentes ocasiones y siempre, sin respuesta.
Todo el tema de las menores tuteladas por los Servicios Sociales del Gobierno riojano se ha trasladado desde el CEES tanto al Consejo General de educadores sociales así como a órganos colegiales de otras regiones. En gran medida, «el Colegio de La Rioja creó el citado grupo de trabajo preocupados por la situación» de todas estas menores que al menos desde el año 2016 se sumergieron en contextos prostitucionales. «Es necesario darle una vuelta a todo este sistema», apostilla Cañas, quien apuesta también por abrir el debate a «la opinión» de diferentes actores vinculados con la protección de los menores de edad en acogida y entre todos, generar «un estudio para trasladarlo a la administración competente».
«La sobrecarga de trabajo en los pisos impide crear vínculos educativos»
Hasta aquí, Laura Cañas expone el análisis de situación de los centros de acogimiento de menores que describe el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de La Rioja. Quizá no sea necesario el matiz, pero todo piso de acogida cuenta con la participación de educadores sociales. Así las cosas, el órgano colegial cree, desde una perspectiva general, que es necesario que «el sistema de protección regrese a una gestión pública y abandone la externalización a través de una empresa privada. Como todo negocio, quieren rentabilidad».
A su juicio, de ahí se derivan muchos de los problemas que conducen a «un sistema que no funciona». El día a día de un educador social en un piso de acogida «le puede llevar incluso a tener que hacer la compra y la comida para todos» con lo que se resta tiempo «para establecer vínculos educativos y de confianza con los menores». De hecho, prosigue la presidenta del CEES, «se puede cocinar con un determinado menor de forma intencionada y bajo un criterio educativo, como un padre con un hijo, que en definitiva, es su función».
Se refiere así a la creación de un clima de confianza entre educador y menor que permita conversar y educar. Sin embargo, «muchos colegiados nos trasladan continuamente que están desbordados». Dicho de otra forma, «si está a otras cosas como la compra o funciones administrativas, ese vínculo no se crea». Un vínculo afectivo-educativo que puede llevar a detectar casos problemáticos de forma temprana. Funciones que incluyen también la preparación para la vida adulta.
A todo ello se suma el intrusismo laboral. «Si la empresa (en este caso Fundación Diagrama) no encuentra el perfil profesional del educador social, contrata otro perfil. Esto está pasando ahora», asegura Cañas. Recuerda en esta línea que «trabajamos para que se pueda impartir un grado de Educación Social en la Universidad de La Rioja».
También considera la máxima responsable del CEES que sería necesario incrementar la ratio de educadores sociales por piso. Actualmente hay uno por centro y turno para trabajar con menores que en muchas casos, son especialmente vulnerables».
(Vista de la antigua Residencia Iregua – Foto: Óscar Solorzano. Imagen)
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