«Debe haber educación social en los centros de menores»
El periódico alicanteplaza, en su edición del 12 de mayo de 2025, publica un artículo de María José Navarro Vercher, Presidenta del Colegio Oficial de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana (Col·legi Oficial d’Educadores i Educadors Socials de la Comunitat Valenciana – COEESCV -), que reproducimos:
«ALICANTE. Hace unos días, el miedo se adueñó de las calles de Alicante cuando unos críos quedaron para pegarse en grupos a golpe de puñetazo y de catana. Los medios nacionales se hicieron eco de las circunstancias que rodean a algunas zonas de la ciudad, del terror amenazante de una ciudadanía que percibe a los adolescentes como más peligrosos que los de antaño. Las nuevas generaciones de ahora lidian con estímulos más excitantes que cuando todo era campo y el 5G no había dado un plus de velocidad a la red y al crecimiento vital de nuestros hijos. Hablamos con María José Navarro, presidenta del Colegio Oficial de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana (COEESCV), sobre cómo podemos lidiar con los cambios en la sociedad que han desbocado a algunos jóvenes que tienen unos instintos no tan jóvenes.
– ¿Se conoce lo suficiente la importancia de la educación social para la sociedad?
Todo lo que tiene relación con lo social es la gran desconocida, además parece que todo el mundo puede dedicarse a lo social sin tener la formación específica. De la misma forma que no dejaría que un fontanero me operara una pierna, tampoco permitiría que alguien que no tiene formación concreta se dedicase a la roma social.
– Me ha llamado la atención lo del fontanero, ¿hay mucho intrusismo?
Lo hay. Parece que cualquiera puede trabajar con personas, si no tienes la formación específica no puedes abordar determinados trabajos. A veces te encuentras ofertas de empleo relacionadas con lo social en las que solicitan como requisito cualquier tipo de diplomatura o licenciatura, creo que se debe acotar más a la hora de llevar a cabo esos procesos de selección.
– Estoy pensando en el programa Hermano Mayor, en el cual, el primer presentador, Pedro García Aguado, reconoció en una entrevista que dejó la grabación porque percibió que su intervención en determinados casos había agravado la situación en lugar de mejorar, ¿hacen mucho daño esos casos, trasmiten el mensaje de que cualquiera puede meterse en una casa a arreglar una familia rota?
Por supuesto. Somos importantes en el terreno educativo, no sólo en los conflictos, debemos estar en la prevención. La cuestión es, habrá que hacer un esfuerzo para buscar las necesidades que tiene la escuela actual e intentar solucionarla. La sociedad ha cambiado y hay otras necesidades sociales, hay muchos tipos de familia y hay que tratar el tema de manera focalizada.
– ¿Qué cambiaría de la escuela para que se adaptase a los tiempos de hoy?
Muchas cosas, pero nosotras estamos luchando porque haya educadores sociales en el colegio. Es importante que exista un perfil que trate las cuestiones que puedan afectar al rendimiento escolar de los alumnos, como situaciones extraescolares o del propio colegio. Se debe intervenir para ver qué está pasando con ese chico, detectar si se debe ir a los servicios sociales para paliar una determinada circunstancia en su casa, un entorno que a lo mejor es hostil y que no es idóneo para que haya un buen renacimiento escolar.
– A veces hay la sensación, sobre todo desde la educación pública, de que los alumnos son un número, que no importa la situación personal, ¿el futuro pasa porque el alumnado deje de ser un simple porcentaje?
Por supuesto, y además la desconfianza que hay ahora entre las familias y la escuela, yo que formo parte de las Ampas, antiguamente había cierta integración de las asociaciones de padres, pero con el paso del tiempo, los colegios han ido expulsando a las familias de la escuela, y si las familias no confían en la institución y el colegio no confía en las familias, la cosa no funciona.
– ¿De dónde viene esa desconfianza?
Por falta de conocimiento, no se ha hecho por conocer los entornos, ni de uno ni de otro.
– Existe la idea de que la educación debe darse en el colegio, y que en casa no se debe educar, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias familiares que dificultan la conciliación, ¿tiene que ver?
Entra en ello, pero hay distintas variantes. Las pantallas también nos atrapan, hemos perdido la capacidad de interactuar cara a cara. Tenemos que recuperar ese punto de unión con la educación. Como tú decías, esa educación también se debe dar en casa, y eso ayudará a que haya cierta comunión entre la escuela y las familias.
– Jonathan Haidt habla de la relación de las nuevas generaciones con el mundo digital en La generación ansiosa, ¿les ha dado más trabajo esta nueva situación?
Tiene mucho que ver con los problemas de salud que se están dando, el enganche que tienen a las pantallas es un problema. El otro día salía una noticia que las nuevas generaciones tienen menos capacidad intelectual que las anteriores. Es un error que un niño de seis años tenga un móvil a su alcance, y se equivocan los que dejan la puerta abierta a que una edad muy temprana tengan contacto con estímulos agresivos para su edad, como una pornografia que aplica una violencia desmesurada y provoca que los jóvenes interioricen conductas erróneas.
– ¿Cree que los contenidos audiovisuales educan socialmente?
Eso se ha perdido, antes había en televisión programas educativos, ahora lo que todo vemos en pantalla es revanchista, es peligroso y marca a todo el mundo. Vivimos en una sociedad polarizada.
– ¿Cree que la polarización nos ha hecho perder la educación social?
Sí, hay gente que detrás de una pantalla genera situaciones que antes no se daban, una violencia contra el otro que preocupa demasiado, antes había más respeto.
– Antiguamente si no eras de izquierda no ligabas, ahora pasa lo contrario, que si no eres de derechas parece que no estás en la honda con la gente joven. Eso nace de cierta reacción a medidas tomadas por ministerios cargados ideológicos como el de Igualdad, ¿crees que se han hecho las cosas bien?
Hay cosas que se podrían haber hecho mejor. Volvemos al tema de la polarización, a la reacción a que como no se han hecho correctamente determinadas medidas pues reacciona hacia el otro lado. Hay que buscar soluciones mesuradas, sentarse y dialogar, la polarización impide que exista el diálogo, seguirán asesinando mujeres porque no se soluciona el problema.
– Hablando de problemas, a veces da la sensación de que los centros de internamiento de menores, los correccionales, no solucionan la disyuntiva de inadaptación, ¿están funcionando las medidas de reinserción?
Ahí estamos también reclamando que surja la figura de la educación social, en el País Vasco y Cataluña están presentes. Para que haya una reinserción real tiene que haber un trabajo detrás, gente formada. Debe haber educación social, en el ámbito penitenciario también.
– ¿En qué momento una familia empieza a estar desestructurada?
Desde el momento que no se dan los cuidados en una unidad familiar, puede ser de muchas maneras, pero hay unos cuidados mínimos y básicos que se deben dar, si no se dan, la unidad familiar se va disgregando.
– ¿El que viene de una familia desestructurada corre el riesgo de formar una familia desestructurada cuando sea adulto?
Determinadas conductas dejan tocado, pero quizá busque no cometer los errores que cometieron sus padres, o a lo mejor repite los patrones, depende de la situación de cada persona».
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María José Navarro (Imagen Jorge Brugos alicanteplaza )