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Educación y Personas Mayores: de los antecedentes a los retos de la intervención

Autoría:

Quico Mañós. Educador social y filólogo. Inforesidencias.com

Resumen

En este artículo intentaremos dar una visión retrospectiva de cuál ha sido el papel del educador social en el ámbito de la tercera edad y, al mismo tiempo, definir sus rasgos evolutivos en los últimos diez años y ver las políticas sociales actuales para visibilizar qué retos nos trae el futuro en los próximos años.

1. La educación social en el ámbito de las personas mayores. Una visión evolutiva de una realidad

La realidad de los animadores en el ámbito de las personas mayores a lo largo de los años ochenta, estaba muy mediatizada por una intervención definida, a menudo, por los procesos de animación dirigidos a personas de otras edades y con necesidades diferentes de las de las personas que se encontraban en un centro cultural o en centros de atención más especializados (residencias, centros de día, etc.).

Centro culturalEn aquel momento, ya comentábamos la gran diversidad de posibilidades de en la intervención, centradas, por un lado, en la persona mayor activa (asociaciones de tercera edad, centros culturales, clubes, etc.) y por el otro, en la actividad que se desarrolla en los centros de atención (centrados más en dinámicas de trabajo planteadas desde la animación estimulativa; por tanto, centradas en dinamizar a partir de las capacidades mantenidas por las personas mayores).

Diez años después de aquella proyección, podemos decir que se han producido algunos avances en la definición profesional de esta realidad y que algunas de estas temáticas han ido tomando cuerpo y más importancia, aunque aún pesa mucho la imagen de que las personas mayores no tienen capacidad de aprendizaje y, por tanto, tiene más peso la dependencia que la capacidad de autonomía y de decisión.

De hecho, esta visión es completamente irreal, ya que la gran mayoría de personas mayores de 65 años no tienen problemas de dependencia y, por tanto, pueden participar activamente en la sociedad, desde una presencia activa y real. Este hecho contrasta con los estereotipos que aún se dan entorno a las personas mayores, centrados en la jubilación, en la necesidad de protección, en la improductividad, etc.

En los últimos años hemos asistido a una revolución de la tercera edad. No en vano se han celebrado y desarrollado conferencias internacionales como la Segunda Asamblea Mundial del EnvejecimientoCelebrada en Madrid en mayo de 2002. , en la cual, bajo el lema “Una sociedad para todas las edades”, se define un nuevo concepto de persona mayor.

Así mismo, en Catalunya se han celebrado el tercero y cuarto Congreso de la gente mayor de Catalunya,Desde el Consejo de Personas Mayores de Catalunya y organizados por el Departamento de Bienestar y Familia de la Generalitat de Catalunya. en los que hemos encontrado conceptos como coresponsabilidad, trabajo intergeneracional, participación, derechos y deberes, que configuran una imagen de las personas mayores más activa, más socializada. No podemos dejar de lado los congresos de la tercera edad de la ciudad de Barcelona, “Les veus de la gent gran” [Las voces de las personas mayores],Ayuntamiento de Barcelona.en los que se encuentran aspectos que van desde la dependencia hasta la imagen de las personas mayores en los medios de comunicación.

Todo esto nos lleva a valorar una nueva realidad, una visión nueva de las personas mayores centrada en una realidad poliédrica, de muchas caras, y que requiere que nos enfrentemos a la intervención desde la pluralidad de necesidades y recursos.

2. Personas mayores y dependencia – Personas mayores activas

Dos grandes realidades condicionan la intervención en el ámbito de las personas mayores y, aunque no son antagónicas entre sí, a menudo se presentan como una dualidad. Este ámbito nos viene definido por los conceptos de dependencia y de envejecimiento activo. Aún así, creo que una persona mayor con dependencia física puede tener un envejecimiento activo, aunque nos empeñemos en negarlo.

La persona mayor a menudo es vista desde el prisma de la falta de autonomía, de la pérdida de capacidades, de las carencias emocionales. Debemos ser conscientes de que la dependencia no es propia de la edad, que una persona puede ser dependiente tenga la edad que tenga, y más si padece una enfermedad crónica o una discapacidad. La dependencia no es un rasgo propio del envejecimiento, aunque por edad se tiende a ello cada vez más. El educador social en el ámbito de las personas mayores tiene que aprender a desaprender, a ir dejando el lastre que genera el envejecimiento para centrarse en aquellos referentes que le son vitales, referenciales, donde se fija la identidad. La dependencia también comporta otros aprendizajes, que tenemos que hacer a lo largo de toda la vidaTal como decía Jacques Delors en el libro Educación: hay un tesoro escondido dentro (Maastricht, 1993). y que nos llevan a ser capaces de aprender a depender, lo que comporta la interdependencia. Todos tenemos que aprender que sólo podremos ser autónomos si aprendemos a depender de los demás, ya que la vida cotidiana se desarrolla en relación con los demás.

Diálogo, participaciónAsí, la dependencia es una de las realidades que se da entre las personas mayores, de la misma manera que se puede dar en otras edades de la vida de las personas y, al mismo tiempo, también se puede dar un envejecimiento saludable, activo, basado en los cinco itinerarios que ya proponíamos en el artículo citado anteriormente (Mañós, 1995): Hacer – Hacer con los demás – Hacer con los demás para la comunidad – Hacer con los demás para transformar la sociedad – Hacer, comunicarse, crecer…

El envejecimiento saludable comporta compromiso, implicación, participación activa.

Por otro lado, el envejecimiento activo fue uno de los temas “estrella” de la Asamblea de Madrid,Citada anteriormente. que define una línea de trabajo que potencia las relaciones intergeneracionales, la participación de las personas mayores en la toma de decisiones, etc. Quizás desde esta perspectiva nace en Catalunya, en 2003, la necesidad de hacer procesos participativos en la definición de los derechos y deberes que las personas mayores tienen hacia la sociedad. En octubre de 2003 se publica, fruto de una largo proceso de debate y discusión en los 41 consejos consultivos de Personas Mayores comarcales de Catalunya, la Carta de derechos y deberes de las personas mayores en Catalunya. En estos procesos también participaron la sociedad civil, asociaciones del tercer sector, etc. Un texto como esta carta supone un trabajo de toma de conciencia por parte de las personas mayores que nos permite ver claramente como el envejecimiento puede ser activo y aportar elementos para la sociedad.

3. De la animación sociocultural a la estimulación en la vida cotidiana

La dualidad de realidades en torno de la persona mayor comporta básicamente dos escenarios de trabajo para los educadores sociales: el trabajo con personas mayores que sufren situaciones de dependencia y la intervención desde procesos de dinamización cultural y socioculturales en asociaciones, clubes, centros recreativos, etc.

A pesar de todo, el educador social ha tenido que vencer a la competencia entre las profesiones que se dan en estos dos ámbitos, y debe seguir dispuesto en este sentido. En la atención a las personas mayores con discapacidad surgió el concepto de animación estimulativa,A partir del libro de Quico Mañós Animación estimulativa para personas mayores discapacitadas. Madrid: Narcea, 1998. frente a una animación que cogía prestados contenidos y recursos de dinamización a la intervención con otras edades que generaba dinámicas centradas en la infantilización y falta de sentido en las actividades planteadas para las personas mayores.

La animación estimulativa (AE) ha potenciado la posibilidad de desarrollar un ocio de tipo creativo, capaz de dar continuidad a las propuestas de tipo terapéutico y de potenciar el trabajo desde las capacidades mantenidas en la vida cotidiana. Este nuevo tipo de animación ha potenciado el trabajo educativo con personas mayores que sufren procesos de demencia, u otros trastornos, facilitando dinámicas de continuidad. Aún y así, la AE no ha desarrollado todas sus posibilidades y aún nos permite una gran profundización en dinámicas y recursos planteados desde la complementariedad con otras profesiones.

En el ámbito de la atención a la dependencia, el educador, comprendido aún como animador, ha de hacer frente a lo que denomino “patrimonización de la persona mayor dependiente”. A menudo, se trata a la persona mayor como un territorio profesional donde cada una de las profesiones de la atención busca acotar la parcela que justifique su intervención. En este ámbito se han desarrollado procesos de competencia entre profesionales que tienen el peligro de perder la consciencia que el centro de la intervención es la persona mayor, no la justificación profesional. Por tanto, debemos definir dinámicas de animación que estimulen la continuidad de las propuestas terapéuticas en la vida cotidiana. El educador no es un terapeuta, pero tiene las habilidades y los conocimientos profesionales específicos para desarrollar dinámicas de actividad que faciliten a la persona mayor con discapacidad, el uso de aquellos estímulos terapéuticos en el dominio del entorno y en la vida de cada d??a. El educador desarrolla su trabajo desde la perspectiva de dar continuidad, de utilizar las pautas terapéuticas para vivir y, además, desarrollarse desde las actividades de ocio. Mal iríamos si todo fuera terapéutico y únicamente con intencionalidad terapéutica, ¿Dónde quedaría la vida?.

Para trabajar la estimulación en la vida cotidiana hemos podido desarrollar diversas técnicas tanto para trabajar las áreas cognitivas,Es recomendable el material Activem la ment, publicado por la Fundació La Caixa (2000). las emocionales, desde técnicas de relación de ayuda, como las funcionales, donde sea necesario reintroducir actividades instrumentales de la vida diaria en el funcionamiento de las personas en los centros de atención, ya que estamos sustituyendo a las personas mayores en todo aquello que todavía pueden hacer y, por tanto, acelerando que la persona mayor llegue antes a la falta de autonomía.

Desde la realidad de las personas mayores “activas” nos encontramos que la animación no debe plantear una especialización concreta. Ya hemos visto antes que las personas mayores viven en una sociedad para todas las edades, en la que las personas mayores son miembros activos de pleno derecho y, por tanto, no merecen una atención diferenciada; eso sí, es necesario que, desde la profesión y la sociedad, cambiemos los estereotipos que aún existen y que generan que las ofertas de actividad hacia este colectivo sigan siendo mayoritariamente las de siempre: “excursión (con demostración de productos), comida y baile”. Al lado de estas actividades hemos visto que se dan una gran diversidad de nuevas formas de participación de las personas mayores. En estos últimos años, las “nuevas” personas mayores, gente que se ha jubilado recientemente no entra en centros recreativos y sociales, ya que pide culturalmente otro tipo de actividad. Desde la participación de personas mayores en la universidad hasta la participación activa de las personas mayores en otras entidades de voluntariado, que no son propiamente de tercera edad, hace que se prevea un cambio cultural en este ámbito de intervención. Sin embargo, si echáramos un vistazo a Europa y a Estados Unidos, veríamos que se está consolidando una nueva forma de entender la participación de las personas mayores, que hasta se organiza a nivel internacional.

IntergeneracionalOtro aspecto de trabajo participativo tiene lugar en la perspectiva intergeneracional que se está desarrollando en el ámbito de intervención de las personas mayores. En los últimos años, han aparecido y se han consolidado dinámicas y proyectos basados en la relación entre generaciones, a menudo entre jóvenes y mayores. Este hecho está ayudando a cambiar los estereotipos que hay en la percepción mutua de estos dos sectores de edad.

En el desarrollo de dinámicas intergeneracionales, el educador social ha tenido y tendrá un papel relevante, ya que hace de mediador y transforma el monólogo generacional en diálogo intergeneracional, capaz de fomentar la construcción de espacios sociales entre generaciones. En los últimos años hemos asistido a procesos de coparticipación entre personas mayores y jóvenes, entre personas mayores y niños, incluso, desde la perspectiva creativa y de ocio.

Es recomendable girar la mirada hacia Europa y ser consciente de la existencia de entidades que trabajan esta realidad a nivel mundial, como por ejemplo la Beth Johnson Foundation o Age Exchange, entidad que, como su nombre indica (intercambio de edad), propone dinámicas intergeneracionales desde técnicas artísticas como el teatro o el arte.

La gran potencialidad del trabajo educativo desde la animación y la educación social en las personas mayores “activas” es el ámbito de las actividades intergeneracionales que generarán espacios de profesionalización definidas en el hecho de facilitar recursos y generar dinámicas de participación comunitarias, y que en un futuro no muy lejano deberán tener en cuenta la visión de la interculturalidad, que se define por la convivencia de la población procedente de la inmigración y que nos requerirá reformular acciones y propuestas.

4. La aparición de un marco normativo

Estos también han sido los años de la profesionalización. Si miramos los acuerdos a los que han llegado las patronales y el Departamento de Benestar Social Família, en cuanto a las residencias y centros de día, en la definición de un modelo de atención y en los requisitos para los centros colaboradores, podemos ver cómo el animador/educador ha fijado “normativamente” un espacio profesional. En estos acuerdos, tomados desde el ámbito de la política y la gestión, se definen tres niveles de discapacidad que requieren la atención específica por parte de unos profesionales. En las órdenes emitidas por Departament de Benestar y Acción socialORDEN ASC/32/2008, Departamento de Acción Social y Ciudadanía. se define que, sea cual sea el nivel de dependencia, el educador/animador ha de responder a una ratio de 17 horas de dedicación por cada persona mayor que esté en un centro; aunque parezca poco, esta ratio potencia que por cada 90 personas ha de haber un profesional de la educación social a jornada completa. Sin embargo, los centros están obligados a tener un programa de actividades, un programa de animación que responda a las necesidades definidas por el equipo del centro; este hecho también ha potenciado que se desarrolle la profesión, ya que la mayoría de centros no preveían esta realidad.

Otra cuestión es el reconocimiento a nivel laboral. Este es uno de los retos que tenemos en el futuro. Los educadores en el ámbito de las personas mayores son los únicos que no han sido reconocidos como diplomados, aunque hay un planteamiento desde el Comité de Expertos de la Generalitat de Catalunya en la definición de los educadores como profesionales adecuados, por perfil profesional y formación, para desarrollar tareas de dinamización en estos centros. El trabajo de animación en los centros puede ser realizado en este momento por personas con una gran diversidad de módulos formativos, lo que, sin embargo, dificulta una visión clara de la animación con personas que tienen problemáticas de dependencia.

EducadorEn el ámbito de trabajos más propios de la dinamización, se ha ido introduciendo la figura del educador desde la normalidad de los servicios sociales. Los lugares que antes ocupaban profesionales del trabajo social, ya que las personas mayores eran vistas sólo como personas que necesitaban recursos asistenciales, se han ido abriendo hacia la realidad que ya se va construyendo de una sociedad participativa para todas las edades, en la que los animadores no sólo han de trabajar dinámicas de participación con los jóvenes, sino que también desarrollan su trabajo en procesos de participación en entidades de personas mayores.

Asimismo se ha desarrollado la Ley de fomento de la autonomía personal y atención a la dependencia así como el desarrollo de leyes de servicios sociales de tercera generación que están desarrollando en varias comunidades autónomas desde la perspectiva de la partición ciudadana en la definición de las mismas. Estos nuevos marcos normativos nos permiten definir los servicios sociales como el cuarto pilar del estado del bienestar. El problema actual es que dichas leyes están definidas y aprobadas, pero aun no disponen de reglamentos que las hagan efectivas en su totalidad, lo que conlleva una gran dificultad para que su aplicación sea efectiva, eficaz y eficiente.

Estamos pues ante un momento de retos que debemos seguir, ya que nuevas normativas, de futuro, están configurando el nuevo marco de acción social ante los servicios sociales y, por ende, de los servicios dirigidos a la tención y promoción de la autonomía de las personas mayores.

5. Personas mayores, participación social y dependencia: un reto actual de las políticas sociales

En los últimos años las personas mayores de Catalunya están convirtiéndose en uno de los motores más activos de la participación social y de los servicios de atención a la dependencia. Podemos valorar distintos hechos que hacen patente esta realidad, tanto en el ámbito catalán, como español y a nivel internacional. En la última década se han producido diversas acciones que ponen de manifiesto la gran importancia que se da al hecho de envejecer. Y no es en vano, ya que se cree que la sociedad catalana, la española e, incluso, la europea, sufrirán un envejecimiento cada vez más acusado en los próximos años.

Envejecimiento activo ante dependencia

En cuanto a la valoración de las personas mayores activas, nos encontramos ante una creciente importancia del concepto de envejecimiento activo y saludable. En mayo de 2002 se celebró en Barcelona el Cuarto Congreso de las Personas Mayores, convocado por el Consell de la Gent Gran de Catalunya, en el que se presentaban diversas ponencias encaminadas a trabajar la calidad de vida en las personas mayores, la participación y el compromiso social. Un año antes, el Departament de Benestar i Família de la Generalitat de Catalunya había publicado el Llibre blanc de la gent gran activa [El libro blanco de las personas mayores activas]. También en 2002, el Ayuntamiento de Barcelona celebró la convención “Las voces de las personas mayores”, que confirma la voluntad de las personas mayores a estar presentes, como ciudadanos de pleno derecho, en la construcción de una sociedad para todas las edades. Un año después se llevó a cabo todo el proceso para la creación de la Carta de drets i deures de la gent gran de Catalunya [Carta de derechos y deberes de las personas mayores de Catalunya].

Si además, miramos hacia España y al ámbito internacional, nos daremos cuenta de que los inicios del siglo XXI vienen marcado por una clara preocupación por las personas mayores, ya sea en el ámbito de la dependencia o bien de los procesos del envejecimiento activo. En España aparece el Consejo Estatal de Organizaciones de Mayores (CEOMA) e incluso se celebra la Asamblea Mundial del Envejecimiento 2002, donde se debaten, en el marco de la ONU, cuáles deben ser las políticas de envejecimiento a nivel mundial, al mismo tiempo que se hace un foro de las ONG, que en su debate fijan cuáles son las estrategias que ha de definir la sociedad civil para hacer posibles las aportaciones de la Asamblea del Envejecimiento. En esta Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, nos encontramos con la definición de las dos grandes realidades de la vejez: por un lado, se hace necesario definir instrumentos que permitan la participación de las personas mayores como miembros de pleno derecho de la ciudadanía y, por otro lado, se fijan todas aquellas políticas necesarias para hacer frente a la dependencia, a las situaciones de maltrato y a las situaciones de discriminación por edad.

Si centramos nuestra mirada hacia la dependencia, veremos que, tanto en el ámbito estatal, como catalán, se generan nuevas iniciativas encaminadas a abordar esta problemática. El Ayuntamiento de Barcelona desarrolla la Carta oberta de drets i llibertats de les persones grans amb dependència, en la que se recogen derechos y recomendaciones para combatir la dependencia de las personas mayores. Debemos ser conscientes de que dependencia no es equivalente a vejez, ya que las situaciones de dependencia se pueden dar a cualquier edad. El Departament de Benestar i Família en el año 2002, también elabora el Llibre blanc de la dependència, donde se recogen datos y recomendaciones que nos llevan hacia la creación, en primer lugar, de un Observatorio Catalán de la Dependencia, para definir, en la presente legislatura, la Agencia Catalana de la Dependencia, de creación inminente. En enero de 2005, el IMSERSO presentó el Libro blanco de la dependencia en España, donde se define la magnitud del problema, sus costes financieros, la necesidad de nuevas profesiones emergentes para hacerle frente y las necesidades específicas de formación para formar para capacitar, no para impartir títulos. Por otro lado, nos encontramos con la inminente definición de la Ley de la dependencia, a la aprobación de la cual el Gobierno general se ha comprometido en esta legislatura.

Otro aspecto es la aparición de institutos de estudios específicos sobre el envejecimiento. En Catalunya aparece la FICR (Fundación Instituto Catalán del Envejecimiento), ligado a la Universitat Autònoma de Barcelona, así como otras entidades de la sociedad civil que hacen del envejecimiento uno de sus centros de atención, ya sea desde la investigación o bien desde la participación.

Para conocer algunos documentos fundamentales en la definición de las políticas de los últimos años, pasaré a analizar algunos artículos aparecidos en la web xarxanet.orgxarxanet.org es una plataforma tecnológica al servicio de las entidades catalanas. Desde la Fundació Pere Tarrés se ha hecho la conceptualización y también se hace la dinamización y la coordinación de la gestión de los contenidos. El sitio web está formado por 18 portales temáticos y de servicios, y diversas secciones interactivas como prensa, publicaciones, agenda o formación. En la gestión de xarxanet.org participan diversas entidades representativas de los diferentes sectores, que aportan novedades, cápsulas de conocimiento y otros contenidos en cada portal. donde se definen los conceptos más utilizados últimamente en cuanto al envejecimiento y a sus diversos aspectos se refiere. Estos artículos los han escrito Mariano Sánchez, doctor en Sociología por la Universidad de Granada, y Quico Mañós, coordinador de proyectos sociales de la Fundació Pere Tarrés. Los artículos se pueden consultar en el apartado de publicaciones.

Si analizamos el envejecimiento activo en el mundo, nos damos cuenta de que la presencia activa de las personas mayores en la sociedad es un hecho que se está dando en diversos países, principalmente de cultura anglosajona (EEUU, Australia, Gran Bretaña), de cultura francófona (Canadá, Quebec, Francia, Bélgica y Suiza) y otras sociedades europeas (con una gran diversidad de realidades como la de los países nórdicos o la realidad mediterránea, principalmente Italia y Catalunya), siempre en países desarrollados. Los modelos anglosajón y francófono se dirigen a personas mayores de 50 años, y potencian así un primer paso hacia la preparación del envejecimiento activo en el propio proyecto de vida. Grupo de historia localEn el modelo de participación anglosajón, las personas mayores se organizan en entidades nacionales de gran alcance. Estas entidades tienen agencias repartidas por todo el territorio. A partir de estas agencias locales se articula la participación en temáticas que van desde el voluntariado hasta el asesoramiento jurídico, económico, de salud, pasando por la atención a problemas relacionados con la asistencia o al maltrato, entre otros. También se desarrollan programas intergeneracionales. Entidades como la AARP (Asociación Americana de Personas Retiradas) o Cota National Seniors Australia son claros referentes de este ámbito.

El modelo de participación francófono viene definido por una estructura organizativa de los centros ludicoculturales en consejos territoriales gestionados por consejos de personas mayores y se articulan en federaciones. Estos consejos desarrollan sus acciones con el apoyo de equipos profesionales altamente cualificados. La dinamización de las personas mayores tiene sentido desde los clubes locales, que están asociados en federaciones regionales que, a su vez, se aglutinan en la Federación Nacional. Este sistema permite definir unas líneas comunes de participación, centradas en la misión de toda la red, así como propuestas de actividades centradas en unos objetivos comunes y en actividades que pueden ser propias de la cultura de cada territorio o programas de alcance nacional. Tratan las mismas temáticas que el modelo anglófono (voluntariado, asesoramiento…). Son ejemplos del modelo francófono la FADOQ (Federación de Personas Mayores del Quebec) o la Federación de Clubes Rurales de Francia, que forman parte de la FIAPA (Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores).

El modelo de participación de las personas mayores en Catalunya aún se encuentra lejos de propuestas que comporten una articulación de los esfuerzos de las entidades de personas mayores hacia modelos centrados en una participación efectiva, con presencia en los ámbitos de participación de la sociedad catalana. A menudo, nos encontramos ante diversos modelos que conviven y que se debaten entre la autogestión o la gestión tutelada por profesionales. Conviven modelos de gestión profesional, modelos centrados en actividades taller y modelos de autogestión por parte de las personas mayores.

En un resumen interno del Plan de Acción 2003 – 2007 elaborado conjuntamente con Mariano Sánchez se nos propone un recorrido por el concepto del envejecimiento activo expresado en los siguientes términos: “[…] Nadie puede negar que el concepto de envejecimiento activo ocupa un espacio centrado en el lenguaje actual del sector asociativo relacionado con las personas mayores. A pesar de todo, esto no quiere decir que se entienda correctamente el alcance de su significado. El envejecimiento activo no alude únicamente a las personas mayores, como se suele creer, sino a las personas de cualquier generación que viven en la misma sociedad. El envejecimiento activo no es una cosa de viejos, para los viejos“.

Y sigue: “la Organización Mundial de la Salud adoptó este concepto a finales de los años noventa -Envejecimiento activo: un marco políticoEste documento fue trabajado por la ONU y define el marco político fundamental sobre los conceptos de envejecimiento en el mundo. – el envejecimiento activo […] no es una necesidad, sino un derecho basado en el reconocimiento de los principios de Naciones Unidas a favor de las personas de edad: independencia, participación, cuidados, autorealización y dignidad”. En este apartado, Sánchez nos introduce en los principios básicos que rigen los derechos humanos para toda la sociedad.

El resumen define otro tema de una gran importancia como las relaciones intergeneracionales: “los programas intergeneracionales son un medio para intercambio determinado y continuado de recursos y aprendizajes entre las generaciones de personas mayores y las más jóvenes con la finalidad de conseguir beneficios individuales y sociales”.En la actualidad hay entidades que trabajan los proyectos intergeneracionales desde una perspectiva internacional, entre los que cabe destaca el ICIP (International Consortium Intergeneracional Projects) y la Fundación Beth Johnson, que hace mentoraje de proyectos intergeneracionales.

Dicho documento nos acerca también a los principales conceptos trabajados en el Plan de Acción estatal: Plan de Acción para las Personas Mayores 2003-2007: oportunidades y tareas para el tercer sector. De manera resumida nos acerca a los principales contenidos del Plan, que se estructura a partir de los contenidos siguientes:

“El 29 de agosto de 2003 el Gobierno central aprobó el Plan de Acción para las Personas Mayores 2003-2007. Este documento pretende cubrir el vacío dejado después de la ejecución del Plan Gerontológico (1992-2000). […] Es obligado conocer las claves, ya que las medidas que incluye ofrecen pistas muy claras sobre algunas iniciativas en pro de las personas mayores que han de ser impulsadas por las administraciones […].”

El Plan se estructuró partir de los siguientes conceptos:

Objetivos generales del Plan

  • Adaptar la política social estatal sobre las personas mayores a las características organizativas actuales de las administraciones públicas, a la situación presente de la población de 65 años o más y a las directrices emanadas de:
    • el Plan Internacional de Acción, aprobado en la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento (abril 2002),
    • el Foro Mundial de ONG sobre envejecimiento (abril 2002),
    • el Foro Científico de Valencia (abril 2002),
    • la Conferencia de Berlín (septiembre 2002),
    • la Organización Mundial de la Salud,
    • los Congresos de personas mayores, especialmente los organizados por el Consejo Estatal de Personas Mayores los años 1998 y el 2001.
    • Consagrar el envejecimiento activo como un nuevo eje vertebrador de las políticas y los servicios sociales para las personas mayores.

Estos dos objetivos se desarrollan a partir de la siguiente estructura, planteada en áreas y medidas (veamos cómo lo define Sánchez):

Estructura

  • El Plan se organiza en áreas, objetivos, estrategias y medidas.
  • Áreas:
    • Igualdad de oportunidades: 2 objetivos y 19 estrategias.
    • Cooperación: 3 objetivos y 6 estrategias.
    • Formación especializada: 2 objetivos y 4 estrategias.
    • Información e investigación: 3 objetivos y 9 estrategias.

El Plan cuenta con 138 medidas concretas.

¿Qué hay que resaltar en cada una de las áreas?

  • Igualdad de oportunidades:
    • Inclusión de las relaciones intergeneracionales.
    • Impulso de la promoción cultural, las acciones formativas y la participación social.
    • Atención extensa al tema del maltrato a las personas mayores.
    • Promoción de la jubilación gradual y flexible.
    • Protección a la dependencia.
  • Cooperación:
    • El envejecimiento aparece como un concepto transversal, que se ha de tener en cuenta en todos los ámbitos políticos.
    • Necesidad de prestar atención a las personas mayores emigrantes, retornadas y extranjeras residentes en España.
  • Formación especializada:
    • A la formación profesional geriátrica y gerontológica se añade la relativa a los campos social, jurídico y arquitectónico.
    • Formar a las familias, los cuidadores no formales de las personas mayores.
  • Formación e investigación:
    • Realización de investigaciones longitudinales sobre el envejecimiento y todo lo que lleva asociado.

En último término, el autor nos acerca a los retos que el tercer sector deberá afrontar para dar respuesta a las necesidades, medidas y acciones definidas en el citado plan:

¿Qué se dice en particular sobre el sector asociativo?

  • Se fomentará la participación de las mujeres mayores.
  • Se iniciarán programas de promoción y formación de voluntarios.
  • Se fomentará el movimiento asociativo en el ámbito de las personas mayores en situación de dependencia.
  • Se reconoce la necesidad de impulsar la cooperación del movimiento asociativo y las entidades que trabajan en el ámbito de las personas mayores.
  • Se promete soporte técnico y financiero a las asociaciones de personas mayores, ONG y movimientos de voluntarios dedicados a trabajar para las personas mayores.
  • Se impulsará el apoyo financiero y técnico a las acciones de información y formación de las asociaciones de cuidadores no formales.

¿Qué acciones concretas se asignan al tercer sector?

  • Elaborar un programa formativo para cuidadores y familiares con personas mayores dependientes a su cargo.
  • Difundir “buenas prácticas” de transmisión de la información a personas mayores que viven en zonas poco accesibles.
  • Programar actuaciones que favorezcan el acceso de las personas mayores a las nuevas tecnologías.
  • Mejorar la información y formación de los cuidadores no formales.
  • Crear redes nacionales e internacionales de proyectos innovadores en el campo de la atención a las personas mayores en las que se promueva el intercambio de experiencias y de “buenas prácticas”.
  • Impulsar contactos estables con centros internacionales de investigación sobre el envejecimiento que posibiliten el trabajo en red y el intercambio de información.

A partir de este resumen se ve claramente definida una perspectiva de trabajo centrada en los dos grandes polos antes citados: la dependencia y la participación, respecto a las que se definen perspectivas de desarrollos por parte del tercer sector. Por otro lado, nos encontramos ante la gran necesidad de formación e información hacia los cuidadores para potenciar dinámicas de continuidad de la vida cotidiana.

La Carta de derechos y deberes de las personas mayores de Catalunya. Este documento es un referente importante que se publicó en el DGOC, el 24 de noviembre de 2003 y ha comportado uno de los procesos participativos en el ámbito de la intervención con personas mayores. En la Carta se explicitan las ganancias de hacer y de ser conscientes de los derechos y de poder ejercer los derechos que las personas mayores tienen como ciudadanos de pleno derecho:

La Carta nace como un encargo del 4º Congreso de las Personas Mayores de Catalunya, celebrado en mayo de 2002, y a petición expresa del Consejo de las Personas Mayores. La confección de la Carta fue un proceso participativo y democrático en el que pudieron tomar parte los 41 consejos consultivos de Personas Mayores de los consejos comarcales, el mismo Consejo de las Personas Mayores de Catalunya, diversos colegios profesionales y entidades de la sociedad civil catalana. También se contó con las aportaciones de personas de reconocido prestigio de la sociedad catalana, rectorados de las universidades y, especialmente, del Consejo Nacional de la Juventud de Catalunya.

La Carta se estructura a partir de diversos documentos de referencia. Cabe destacar el Estatuto de Autonomía de Catalunya, la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea y la Constitución española, en que se describen los derechos fundamentales de cualquier ciudadano.

Por otro lado, la Carta se basa en la Declaración de los Derechos Humanos, y más específicamente en la Declaración de los derechos humanos para las personas de edad. En este documento se plantean los derechos de las personas mayores en la sociedad actual a partir de la definición de cinco principios básicos: dignidad, independencia, autorealización, asistencia y participación.

  • El principio de dignidad, por el cual las personas mayores han de poder vivir con dignidad y seguridad, verse libres de explotación y maltratos físicos y/o psíquicos, y ser tratadas dignamente sin discriminación por causa de edad, género, etnia, discapacidad, situación económica o cualquier otra condición.
  • El principio de independencia, que incluye el acceso a la alimentación, al agua, a la vivienda, a la ropa y a la atención sanitaria adecuadas, así como la oportunidad de disfrutar del trabajo remunerado y del acceso a la capacitación y a la educación.
  • El principio de autorealización, definido desde el acuerdo de que las personas mayores han de poder desarrollar plenamente las oportunidades y las potencialidades, a partir del acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales, de ocio y tiempo libre de la sociedad.
  • El principio de asistencia, que declara que las personas mayores deben beneficiarse del cuidado de la familia, así como tener acceso a los servicios sociales, sanitarios y asistenciales, y disfrutar de los derechos humanos y fundamentales.
  • El principio de participación, en el sentido de que las personas mayores han de participar activamente en la formulación y en las políticas que afecten directamente al bienestar, desde la solidaridad con otras generaciones, en una sociedad para todos.

A partir de estos principios, la Carta desarrolla una serie de derechos que la persona mayor puede o debería poder reclamar, u unos deberes, responsabilidades que la persona mayor ha o debería cumplir para ser tenida en cuneta desde su potencial experiencial y humano, en una sociedad que debería ser para todas las edades.

Con la Carta de derechos y deberes de las personas mayores de Catalunya, se incidió en la necesidad de hacer un documento vivo, revisable en el tiempo, capaz de informar a la sociedad sobre los derechos de las personas mayores en Catalunya y de favorecer la concienciación sobre las responsabilidades de las personas mayores desde el civismo, en una sociedad participativa y democrática, en la que se den oportunidades para todas las edades y donde las personas mayores sean consideradas como lo que son: ciudadanos de pleno derecho.

Una sociedad para todas las edades

En los últimos años se habla del concepto de “sociedad para todas las edades”; de hecho, éste fue el lema de la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento. Esta sociedad para todas las edades se fundamenta en los beneficios y oportunidades que la prolongación de la vida genera para el desarrollo humano. Así mismo, desde las profesiones tenemos que valorar lo que supone en realidad la prolongación de la vida, ya que, si por un lado las personas mayores llegan con mejor salud a esta etapa de la vida, no es menos cierto que algunas de estas personas llegan a las etapas finales de la vida con un grado más elevado de dependencia. Esta realidad nos ha de hacer plantear algunas reflexiones éticas. SaludoTenemos que dar “vida a los años y no años a la vida”. En una residencia un anciano nos decía: “Quiero VIVIR, no DURAR”, y esta reflexión debe estar en el centro de la profesión. Las profesiones han de abordar la dignidad del ser humano desde la ética profesional. Dar más vida a los años quiere decir dar, además de calidad, afecto.

De hecho, aún podríamos comentar más documentos: los libros blancos de las personas mayores activas y de la dependencia en Catalunya, y las actas del 4º Congreso de las Personas Mayores y otros documentos de interés. A pesar de todo esto, se debe echar un vistazo a Europa y conocer los principales documentos que están centrando el debate y el diálogo a nivel internacional:

Veamos los principales documentos:

Todos estos documentos, con sus correspondientes abstracts, nos han de permitir profundizar más en el concepto de la vejez en la sociedad actual.

(1) Celebrada en Madrid en mayo de 2002.
(2) Desde el Consejo de Personas Mayores de Catalunya y organizados por el Departamento de Bienestar y Familia de la Generalitat de Catalunya.
(3) Ayuntamiento de Barcelona.
(4) Tal como decía Jacques Delors en el libro Educación: hay un tesoro escondido dentro (Maastricht, 1993).
(5) Citada anteriormente.
(6) A partir del libro de Quico Mañós Animación estimulativa para personas mayores discapacitadas. Madrid: Narcea, 1998.
(7) Es recomendable el material Activem la ment, publicado por la Fundació La Caixa (2000).
(8) ORDEN ASC/32/2008, Departamento de Acción Social y Ciudadanía.
(9) xarxanet.org es una plataforma tecnológica al servicio de las entidades catalanas. Desde la Fundació Pere Tarrés se ha hecho la conceptualización y también se hace la dinamización y la coordinación de la gestión de los contenidos. El sitio web está formado por 18 portales temáticos y de servicios, y diversas secciones interactivas como prensa, publicaciones, agenda o formación. En la gestión de xarxanet.org participan diversas entidades representativas de los diferentes sectores, que aportan novedades, cápsulas de conocimiento y otros contenidos en cada portal.
(10) Este documento fue trabajado por la ONU y define el marco político fundamental sobre los conceptos de envejecimiento en el mundo.
(11) En la actualidad hay entidades que trabajan los proyectos intergeneracionales desde una perspectiva internacional, entre los que cabe destaca el ICIP (International Consortium Intergeneracional Projects) y la Fundación Beth Johnson, que hace mentoraje de proyectos intergeneracionales.