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Democratizando el proceso educativo

Autoría:

Winston H. Elphick Debia. Magister en Educación Pontificia de la Universidad Católica de Chile.

 

¿Por qué democratizar el proceso educativo?

Porque es urgente abrir nuevas rutas educativas en donde no se privilegie el rol de profesor por sobre el del alumno, ni el del alumno por sobre el docente.

Hoy la educación debe cuidar que la teoría del péndulo no la haga pasar de un ambiente centrado en el profesor a uno focalizado en el alumno. Viviríamos el éxodo de una dictadura -docente a una dictadura-discente donde el alumno toma el rol de un “reyecito” amo de todas las decisiones y centro de todas las atenciones de un profesor cada vez más minimizado en su rol de orientador y de guía de los procesos. Creemos que el péndulo debe equilibrarse en torno a una relación, en donde se vivan procesos de comunión y participación efectiva.

Esta relación está marcada por la interacción entre alumno-profesor, entre profesores-familia, entre profesor-profesor, entre alumno-alumno. Todos son actores centrales de un proceso que busca el bien de todos.

El traslado de instancias democratizadoras hacia la escuela debe ser una realidad que se proyecte en acciones más que en discursos y palabras bien intencionadas. Democratizar el proceso educativo significa abrir nuevas afluentes para aprender; ya no es suficiente la información dada por el profesor; existen tantas variables, tantos avances investigativos que hacen imposible que UNA persona domine la totalidad de una temática. Debemos reconocer la diversidad de miradas respecto de un tema, sus componentes y tonalidades, democratizar es compartir la unidad a partir de la diversidad a efecto de que cada uno discierna y concluya sus opiniones y opciones.

Democratizar la educación significa diseñar estrategias participativas efectivas, concretas, evaluables; lo que permitirá que quienes participan en ella se involucren, se apropien de un proceso que, por su naturaleza, debe ser de todos… “No sólo más educación para más gente, sino más gente en la educación”, como nos lo decía el Informe Faure de las Naciones Unidas.

Ni autoritarismo, ni colegios camping. Buscando la tercera vía de la Reforma Educacional

Qué duda cabe que las reformas que enfrentan nuestros países de América Latina están viviendo procesos de adecuación pero, principalmente, de búsqueda de nuevos modelos pedagógicos. En pocos años hemos transitado de modelos autoritarios a otros modelos emergentes que nos hacen mirar al docente como un simple derivador de procesos, sin capacidad para intencionar las acciones, para poner límites y exigencias.

Los modelos autoritarios han instaurado modelos coercitivos y restrictivos, donde la figura del docente es el sol que domina todos los paisajes. El autoritarismo docente nos ha dicho que el docente enseña y el alumno acata; que uno lo sabe todo y el otro nada; que el docente decide y opera y el alumno se silencia y obedece.

Por otra aparte, otras visiones del aprendizaje -entre ellas, Carl Rogers, ampliamente difundido entre nosotros- nos han dicho que “nadie educa a nadie”, que “cada uno se educa a sí mismo”, que “la libertad personal está por encima de todo”, que “no podemos colocar restricciones en el proceso”. Las teorías no directivistas de la educación nos han insistido en que la persona no requiere más estímulos que su propia voluntad, que no se requieren motivaciones externas para aprender.

Con todo su aporte a la relación personal entre docente y alumno que hicieron los planteamientos no directivistas de la educación, podemos decir también que nos dejaron una huella profunda de esquemas neutros y laxos en educación.

No pocas veces hemos visto que la educación se ha visto falta de los elementos orientadores y clarificadores que nuestros alumnos requieren. Un niño no es un adulto en pequeño. Un adolescente tampoco es un adulto perfecto. Ambos requieren de soportes, de personas y acciones que les ayuden a descubrir y descubrirse, a entender y a entenderse.

Construcciones de andamiajes educativos

Lev Vygotsky, sicólogo soviético, confirmó con sus estudios que un niño desarrolla mejor sus procesos formativos en la medida que cuenta con colaboradores de mayor experiencia que le animen en su desarrollo personal. Más tarde, otros -como Jerome Brunner- acuñaron el término “andamiaje”, en referencia a la forma en que un adulto puede colaborar con el aprendizaje de un niño, especialmente en relación con su capacidad para adaptarse a los cambios y generar acciones capaces de resolver las problemáticas o situaciones que le corresponde vivir.

Quien construye “andamiajes” no limita, sino orienta; no reprime, sino libera.

Quien crea “andamiajes” supera la relación centro-periferia, no se hace el centro, sino que invita a otros al centro, ofrece oportunidades de participación y desarrollo.

Un educador que levanta andamiajes en función de alumno es quien:

  • Colabora con el alumno, sin ser paternalista ni sobreprotector.
  • Orienta al alumno hacia su superación sin reprimir ni castigar.
  • Enseña a aceptar los tropiezos, los fracasos en el propio crecimiento, sin ridiculizar ni dramatizar los errores.
  • Entrega un marco con orientaciones éticas, sin ahogar las opciones personales.
  • Anima los esfuerzos y trabajos hacia el logro de metas, sin sobredirigir (con metas sobredimensionadas) ni reducir el esfuerzo (con metas irrelevantes).
  • Practica con los alumnos la búsqueda de soluciones, no entrega respuestas estandarizadas. Se abre a la diversidad de respuestas y de miradas.
  • Anima mediante la actitud cuestionadora, desarrolla tanto el espíritu crítico de sí mismo como de los sistemas operantes.
  • Desarrolla una sana rebeldía, un no estar satisfechos cuando la riqueza de algunos se construye sobre la miseria de muchos.
  • Ayuda a que el alumno discierna entre MEDIOS y FINES a alcanzar en su vida, evitando la búsqueda de buenos fines con medios inadecuados.
  • Una estrategia de democratización del proceso educativo: el método de proyectos.

No basta con teorizar sobre el ejercicio de nuevas estrategias educativas que privilegien los métodos activos y participativos. Uno de ellos, antiguo y siempre nuevo, el del método de proyectos.

¿De dónde surge el método de proyectos?

La propuesta del método de proyectos tiene su raíz en el concepto de globalización de la educación, de tal forma que permite articular la convergencia de distintas áreas del saber hacia un objetivo compartido.

Es una iniciativa que no ordena los conocimientos en forma vertical, desde una visión asignaturista, sino en función de un aprendizaje traslapado entre los diversos sectores o disciplinas educativas. Esto facilita el tratamiento de los intereses y las diferencias individuales, concretando un anhelo educativo: atender a la persona, a su crecimiento particular y específico.

¿Qué es un proyecto?

Es un esfuerzo comunitario para lograr un objetivo validado por los componentes de esa comunidad. El objeto del Proyecto puede ser la realización de una investigación de un tema específico o la realización de una actividad grupal con fines de integración grupal o de apertura al entorno. Puede ser realizado en grupos o en forma individual.

Una estrategia para asegurar la efectividad de su realización es mediante un gran esfuerzo investigativo direccionado a responder inquietudes específicas de quienes participan en su realización.

La metodología de proyectos no es un fin en sí misma; no es una materia aparte ni un componente agregado a los contenidos de los sectores de aprendizaje. La metodología de proyectos es un componente transversal de la enseñanza, un complemento a las instancias sistemáticas del plan de estudios.

¿Qué actividades puede desarrollar un proyecto?

Esto cambia de acuerdo al nivel y las habilidades que los alumnos pueden aplicar: indagar, recolectar, fotografiar, entrevistar, escribir, describir, confeccionar gráficos, diagramas, pinturas y dibujos, murales, modelos, diseñar construcciones teóricas y concretas.

¿Qué pasos debe considerar la realización de un proyecto?

1. Definir el QUÉ HACER del proyecto

El docente y los alumnos analizan y seleccionan el tema o la situación que desean investigar o llevar a la práctica.

Criterios de selección del QUÉ HACER del proyecto:

    • Que surja de un contexto de libre expresión y participación: no hay ideas malas ni locas.
    • Que la elección considere la vinculación con la cotidianidad de los alumnos, facilitando así la incorporación de las dudas, interrogantes e intereses de los alumnos.
    • El contenido a elegir no debe ser tan puntual y específico, sino que debe facilitar la convergencia e integración de diversos sectores de aprendizaje.
    • El tema seleccionado debe permitir una amplitud adecuada, no abarcando una gama amplia de contenidos, de tal forma que permita repartir las tareas y desarrollarlas en un tiempo prudente (una a dos semanas).

2. Definición de los SUBTEMAS a analizar

Cuando el grupo ha definido la temática a investigar o la acción a realizar, debe analizar los componentes de la investigación o de la acción. Para ayudarse en esta acción puede utilizar algunas técnicas tales como:

Dinámica de “lluvia de ideas”: cada miembro del grupo indica las acciones que le agradaría realizar o los temas que desearía investigar. Se anotan sin cuestionar. Luego, una vez que todas las ideas se han anotado, se inicia la selección de ellas (realizables, no realizables; pertinentes, no pertinentes) y la priorización (¿cuáles van primero? ¿Cuáles se continúan?).

Mapa conceptual: se expresan ideas, conceptos y elementos relacionados con el tema o acción central.

Preguntas clave: el grupo define las preguntas clave que buscarán responder mediante el proyecto.

3. Definición de tareas, tiempo y asignación de responsabilidades

El grupo define las tareas que son necesarias realizar para realizar el proyecto, junto a ellos indica quiénes serán los responsables de ejecutarlas, como también el tiempo para ejecutarlas.

4. Ejecución de las acciones

4.1 Etapa de recolección de información
El grupo realiza lo definido en los puntos anteriores mediante la investigación directa, viajes, encuentros, estudios bibliográficos, etc.

Las preguntas esenciales de esta etapa: ¿Cuál es lo medular en la realización de nuestro proyecto? ¿Qué fuentes buscaremos para recoger una información de calidad y confiable?

4.2 Etapa de proyección de la experiencia
Una vez que se han realizado las tareas definidas en el punto 3, el grupo tiene elementos para su análisis, especialmente para fortalecer sus habilidades de observación y de inferencia de la realidad. El grupo analiza, discrimina, discute, discierne, selecciona, confronta, juzga, concluye.

Las preguntas esenciales de esta etapa: ¿Qué aprendimos con el proyecto? ¿En qué se vincula con nuestra convivencia diaria? ¿En qué aspectos se vincula con el bien común, la realidad de la pobreza, la construcción de una sociedad más justa?

5. Diseño de Informe de realización del Proyecto

Una vez realizada la etapa anterior el grupo está capacitado para elaborar y presentar un informe final. En el ambiente educativo se pueden fomentar nuevas formas de la presentación, más allá del documento escrito.

Algunas de ellas podrían ser:

  • Diseño de “instalaciones”; esta nueva forma del arte de intervenir un espacio público y mediante imágenes, elementos, artefactos, etc., muestra una realidad o denuncia una situación.
  • Exposiciones grupales ayudados de medios audiovisuales.
  • Creación de micro programas de audio o video.
  • Charlas, paneles sobre la temática.
  • Creaciones de teatro.
  • Foros de discusión con integración de adultos, padres otros docentes, etc.

6. Proceso de evaluación de logros

La última etapa del trabajo debe considerar alguna forma de evaluación de los resultados obtenidos. Para ello, pueden elegirse distintos caminos de evaluación: autoevaluación (cada uno evalúa el nivel de su trabajo, interés, tiempo entregado, etc.); evaluación grupal (el propio grupo evalúa su trabajo colectivamente, independiente de lo excelente de alguno o malo de otros); evaluación del docente y evaluación de terceros (que pueden ser los compañeros de curso, los padres u otros miembros de la comunidad invitados a opinar del trabajo de los alumnos).